La música mexicana está de luto tras el fallecimiento de Paquita la del Barrio, un ícono del desamor y la música ranchera, quien dejó un legado imborrable con su potente voz y letras contundentes. La artista, cuyo nombre real era Francisca Viveros Barradas, falleció el 17 de febrero a los 77 años en su hogar en Veracruz, víctima de un infarto fulminante, según confirmó su representante en diversos medios.
A través de un emotivo comunicado publicado en Instagram, sus seres queridos expresaron su profundo dolor y solicitaron respeto para su duelo: “Con profundo dolor y tristeza, confirmamos el sensible fallecimiento de nuestra querida Paquita la del Barrio, una artista única e irrepetible, que nos dejará una huella imborrable en el corazón de todos los que la conocimos y disfrutamos de su música”.
La artista, famosa por éxitos como “Rata de dos patas” y “Tres veces te engañé”, se encontraba en una silla de ruedas durante sus últimas presentaciones, donde siempre agradeció el apoyo incondicional de su público a lo largo de más de 50 años de trayectoria. Su representante, ‘Paquito’ (Francisco Torres), compartió que la cantante había tenido problemas de salud que afectaron su movilidad y estado anímico, revelando que había enfrentado múltiples hospitalizaciones en los últimos años.
Nacida en abril de 1947 en un entorno humilde, Paquita la del Barrio comenzó su carrera musical en la Ciudad de México después de una serie de desilusiones personales. Su primer disco, «El barrio de los faroles», lanzado en 1984, marcó el inicio de su ascenso en la industria musical. A lo largo de su carrera, fue nominada a los premios Grammy en varias ocasiones y se destacó no solo en la música, sino también en la actuación, participando en diversas producciones televisivas y cinematográficas.
A lo largo de su vida, Paquita se convirtió en una voz representativa para muchas mujeres que, al igual que ella, enfrentaron el desamor y la desigualdad. Con un estilo único y una personalidad arrolladora, su música resonará por siempre en el corazón de quienes la escucharon. “Sus aplausos me los llevo hasta la tumba”, declaró en una de sus últimas entrevistas, dejando claro el profundo vínculo que mantenía con su audiencia.
Su legado perdurará, y su música seguirá siendo un faro de empoderamiento y resiliencia. Descanse en paz, Paquita la del Barrio.
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