Por: José Ángel Gutiérrez
Ver para creer. Tanto ha cuestionado Enrique Alfaro de la anterior administración y terminó haciendo uso de datos que atañen a la misma para dar cuentas en su Primer Informe.
Particularmente en lo que refiere al tema financiero, el actual Presidente Municipal de Guadalajara, quien llegó al cargo bajo la insignia del Partido Movimiento Ciudadano, recurrió a los resultados de la Calificadora HR Ratings que asignó al municipio la calificación de HR AA-, misma que considera que el emisor (el ayuntamiento) cuenta con alta calidad crediticia y ofrece gran seguridad para el pago oportuno de obligaciones de deuda, manteniendo muy bajo riesgo crediticio bajo escenarios económicos adversos.
Dicha calificación, según asienta el documento de la Agencia Calificadora, se debe principalmente a la tendencia superavitaria observada en el Balance Primario del municipio de 2013 a 2015 «por lo que HR Ratings espera que en los próximos años se observe un superávit promedio de 3.6 en el BP».
La empresa evaluadora reconoce que durante la anterior administración se logró crecer el gasto de inversión con disciplina financiera, además de una disminución de la deuda total del municipio, que en 2012 representaba el 66.7% del presupuesto total y para 2015 bajó a 42.6%
Además, crecieron significativamente los ingresos propios del municipio.
Así pues, honor a quien honor merece. La calificación que recibió el ayuntamiento el pasado 27 de abril, ya con Enrique Alfaro como alcalde, no es sino un reconocimiento a lo emprendido en la administración que le antecedió, misma que logró en tres años dejar un municipio saneado y con la mejor calidad crediticia a nivel nacional.
Esos datos distan mucho de las declaraciones de Alfaro que, desde antes del acto protocolario de su informe, hablaba de que recibió un municipio en quiebra y que en un año su gobierno logró un heroico rescate financiero.
Un punto a considerar es que el informe de HR Ratings señala que «se espera que en los próximos años estas métricas se mantengan en un promedio de 39% (deuda neta) y 4.8% (servicio de la deuda) respectivamente. Lo anterior debido a que no se estima la contratación de financiamiento adicional».
Y esto nos lleva a preguntar: la calificación variaría de confirmarse la renegociación de deuda de la que también habló el alcalde en días pasados?
Y puntualizo «de confirmarse», porque al momento no se conoce si ya se hizo la renegociación. En el ayuntamiento tapatío solo tienen el acuerdo de cabildo que lo aprueba y se sabe de pláticas sostenidas con los bancos, pero aún no hay un documento de renegociación firmado.
Qué repercusiones podría traer el que se vuelva a renegociar la deuda? Eso tendrían que explicarnos por adelantado las autoridades municipales. Y lo destaco porque al menos en el caso de Bancomer -a quien Guadalajara debe mil 200 millones de pesos- el convenio considera una penalización de 260 millones de pesos, en caso de que el ayuntamiento quiera renegociar, es decir transferir la deuda a otro banco.
Así pues, hablaríamos de que lejos de ganar se perdería, salvo que ya hayan convencido a Bancomer para no pagarle por ese concepto.
Cabría señalar también que renegociar no es sino seguir pateando el bote. Ganar tiempo y trasladar el compromiso de pagar a las siguientes administraciones.
Pero aquí también cabe otra pregunta: se hará con total transparencia para evitar conjeturas?
Quien realiza un proceso de renegociación (el ente privado), se gana una comisión. Y de acuerdo a lo que se ha conocido, éste comparte la comisión con el representante de la autoridad que acuerda. Aquí Alfaro y su gente tendrán que ser muy claros, si no quieren que se caiga en malos pensamientos.