La juventud católica de México lanzó hoy, desde el lugar donde fue asesinado el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, un enérgico ¡ya basta!. Ni uno más, exigieron a las autoridades, a los grupos antirreligiosos, a la sociedad en general.
A 30 años de impunidad, dijeron que el pueblo de México quiere saber quiénes, pero sobre todo por qué fue asesinado, el cardenal de Guadalajara, Juan Jesús Posadas Ocampo. Buscan la verdad no el armado de escenarios. Buscan una Iglesia libre, viva, no una Iglesia con miedo, con amenazas del crimen organizado que no son castigadas afirman.
Quieren un México en paz. En Unidad, sin polarizaciones o divisionismos ideológicos y estériles. Pidieron a los gobernantes el respeto a la libertad religiosa, y de los políticos que se preparan para la contienda electoral de los próximos meses el compromiso de velar por la religiosidad de todos los credos.
A 30 años del asesinato esta empañada por los asesinatos de más de 70 religiosos.
En promedio, en el periodo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se han asesinado a dos religiosos al año.
Esta semana fueron agredidos dos sacerdotes; el primero de ellos, un atentado en el que casi pierde la vida el monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, arzobispo de Durango, quien fue atacado con un cuchillo durante la misa, afortunadamente él está vivo para contarlo.
Hace dos días, el sacerdote Javier García Villafaña de la arquidiócesis de Morelia fue encontrado sin vida en la carretera Capacho-Cuitzeo en el Estado de Michoacán, los informes revelan que se trata de un asesinato a sangre fría.
