En la reunión del Comité Directivo Estatal del PAN realizada la noche de este jueves, descollaron dos tipos de inconformidades: la de quienes se mantienen en desacuerdo con las designaciones generalizadas y la de quienes desde adentro, simpatizan con el Partido Movimiento Ciudadano y ven como amenaza para éste, que un blanquiazul más o menos organizado, logre terciar la elección en Guadalajara.
Por una parte, fue notoria la ausencia de la gente del Senador José María Martínez, uno de los principales impulsores de la candidatura de Alfonso Petersen.
Algunos interpretan esa ausencia como un enfriamiento de esa relación, pero lo más seguro es que Chema sigue molesto por la intención de designar también las candidaturas para las diputaciones locales. Y es que él tenía candidato para al menos cuatro distritos de Guadalajara: el 2, 3, 14 y 15.
En esos distritos, por cierto, fue en los que ganó Ernesto Cordero cuando la elección de dirigente nacional.
A pesar de las marcadas diferencias de Miguel Ángel Monraz con el Senador, lo que es indudable es que deberán respetarle algunos distritos –mínimo el 14- pues resulta esencial para que se cumplan las intenciones de unidad panista. Más aún, el PAN difícilmente puede jugar una elección en Guadalajara sin él.
Por otra parte, ya al momento de votar las designaciones, solo dos de 23 presentes lo hicieron en contra. En ambos casos, con intereses muy claros: Alejandro Madrigal y Gerardo Rodríguez.
El primero, por considerar que se está vulnerando el derecho de su hermano (César) de participar en una contienda justa.
En el caso de Gerardo Rodríguez, resulta inevitable identificar en su voto una agenda más enfocada al Partido Movimiento Ciudadano, en cuyas filas ya se encuentra su hermano (Ricardo). Y es que resulta claro que un Partido Acción Nacional unido en torno a su candidato, se constituye como una amenaza para quienes ya se veían en los cruces de Hidalgo y Alcalde.
Por lo pronto, con las designaciones Acción Nacional le sigue apostando a evitar el desgaste y, sin duda, lo que a estas alturas se constituiría como un despilfarro de dinero.
Les resulta mejor gastar poco en las elecciones internas, para invertir más en las externas. En una precampaña se puede ir hasta el 40% de los recursos disponibles en los partidos políticos para el proceso electoral (y más, cuando no están en el gobierno).
