El gobierno talibán de Afganistán ha confirmado que el devastador terremoto ocurrido el pasado domingo ha causado la muerte de al menos 1.457 personas, además de dejar a 3.394 heridos y destruir más de 6.700 viviendas en las zonas afectadas. La magnitud del sismo, de 6,0, ha provocado una crisis humanitaria que requiere una respuesta urgente.
Según informó Hamdullah Fitrat, portavoz adjunto de los talibanes, los equipos de rescate continúan trabajando en el terreno, enfrentándose a múltiples réplicas sísmicas en las últimas horas. Las operaciones de búsqueda y ayuda se intensifican, con países enviando equipos especializados y las carreteras ya abiertas para facilitar la llegada de ayuda internacional.
El ministro de Asuntos Exteriores, Amir Khan Muttaqi, solicitó a las misiones diplomáticas que redoblen esfuerzos para coordinar la asistencia internacional. La comunidad global ha comenzado a responder, con ayuda de países como India y diversas organizaciones humanitarias, en un esfuerzo por salvar vidas y brindar apoyo a los afectados en medio de una situación de crisis en un país que ya enfrenta décadas de conflicto y dificultades económicas.
Este terremoto representa el más severo en Afganistán desde los eventos sísmicos de 2023 en la provincia de Herat, y la nación se enfrenta ahora a un reto aún mayor para atender a su población vulnerable.