La madrugada del 18 de agosto, una familia de comerciantes se enfrentó a balazos contra un grupo de asaltantes armados que intentaron robar su fábrica de chicharrones en la colonia Barrios Cesteros, en el Estado de México.
El hecho dejó como saldo la muerte de uno de los delincuentes, cuyo cómplice rompió en llanto al verlo tendido en el pavimento.
El asalto ocurrió alrededor de las 5 de la mañana y fue el segundo ataque contra este negocio en menos de cuatro meses.
En abril, la misma banda había ingresado para robar joyas, celulares y más de 600 mil pesos en efectivo, sin que hasta ahora la policía municipal actuara.
Vecinos señalaron que los presuntos ladrones eran extrabajadores de la fábrica, lo que explicaría el conocimiento que tenían del lugar.
De acuerdo con los primeros reportes, los delincuentes llegaron con armas de fuego, entre ellas una pistola con silenciador. Uno de ellos, identificado como Alexander Marín ‘N’, alias El Ñoño, intentó abrir la puerta disparando contra la chapa, mientras otros tres cómplices lo apoyaban con más disparos y patadas.
Una vez dentro, los sujetos subieron directamente al departamento donde vivía la familia dueña del negocio y comenzaron a dispararles.
Ante la falta de apoyo de la policía y cansados de los ataques, los comerciantes decidieron responder con las armas que habían adquirido tras el primer robo.
Durante el intercambio de disparos, uno de los asaltantes recibió un balazo mortal por rebote, que lo obligó a huir malherido hasta desplomarse a unas cuadras del lugar. Fue identificado como José Guadalupe ‘N’, alias El Negro, quien portaba la mochila destinada para guardar el botín.
En videos difundidos se observa a Jean Paul ‘N’, otro de los implicados, llorando desconsolado sobre el cuerpo de su cómplice, en plena calle.
Además de El Negro y El Ñoño, fueron identificados Daniel Marín ‘N’, también extrabajador del negocio, Leonardo Marín ‘N’, alias El Güero, y El Chino, quien esperaba en una motocicleta para facilitar la huida.
Los afectados denunciaron que tras el primer asalto recibieron amenazas de muerte de Leonardo Marín, lo que los llevó a atrincherarse en su propio hogar para protegerse.
Tras el enfrentamiento, el dueño del negocio huyó del lugar temiendo ser detenido pese a haber actuado en legítima defensa.
Los vecinos acusaron que la policía municipal, bajo el mando del comisario Salvador Hernández, no ha cumplido con su deber de resguardar la zona y que los dueños habían denunciado el primero asalto sin respuesta, obligando a los comerciantes a defenderse por su cuenta.
La familia ya presentó una denuncia formal ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), sin embargo, aseguran que los sobrevivientes del grupo delictivo los han amenazado de muerte.
Mientras tanto, la comunidad exige la presencia de la Secretaría de Seguridad estatal para evitar nuevos ataques.