Las cifras oficiales del Banco de México revelan que, durante los primeros seis meses de 2025, las ventas externas de tomate mexicano alcanzaron un valor de 1,421 millones de dólares, lo que representa una disminución significativa en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta reducción del 19.2% marca la peor caída en el primer semestre desde 2012, cuando la variación interanual fue de -20.1%.
Este escenario se presenta en un contexto de tensión comercial entre México y Estados Unidos, principal mercado de exportación, tras la decisión estadounidense de poner fin al Acuerdo de Suspensión de Tomate de 2019 en julio pasado y aplicar una cuota antidumping del 17.09% a las importaciones mexicanas. La incertidumbre comenzó en abril, cuando el Departamento de Comercio anunció su intención de retirar dicho acuerdo y emitir una orden antidumping, lo que generó preocupación en el sector agrícola nacional.
Estudios del Grupo de Consultores de Mercados Agrícolas (GCMA) advierten que las nuevas reglas podrían provocar una caída adicional del 25% en las exportaciones de jitomate al cierre de 2025, poniendo en riesgo hasta 100,000 empleos en el sector. La historia del conflicto se remonta a 1996, cuando iniciaron las investigaciones por prácticas de comercio desleal, y desde entonces se han firmado varios acuerdos de suspensión, siendo el último en 2019. La revisión quinquenal de 2024 concluyó que el dumping persistiría con márgenes de hasta el 30.48%, llevando finalmente al retiro del acuerdo en abril de 2025.
Para mitigar los efectos de esta situación, las secretarías de Economía y Agricultura establecieron recientemente precios mínimos de exportación. Sin embargo, esta medida ha generado inquietud entre los productores, quienes temen que pueda afectar la rentabilidad y reconocer prácticas de dumping de forma implícita.
Expertos señalan que, para negociar un posible nuevo acuerdo con Estados Unidos, es crucial incorporar mecanismos de verificación aceptables para ambas partes, como auditorías de terceros y certificaciones internacionales, además de presentar análisis económicos transparentes sobre los costos y márgenes del sector.
El impacto del declive en las exportaciones de jitomate se enmarca en una tendencia más amplia: en los primeros seis meses de 2025, las exportaciones agroalimentarias mexicanas totalizaron 27,352 millones de dólares, lo que representa una caída del 4.4% respecto al mismo periodo de 2024. A pesar de la reducción en volumen y valor, la balanza agroalimentaria mantiene un saldo superavitario de 5,155 millones de dólares, aunque un 19.8% menor que en 2024.
El análisis de GCMA destaca que, pese a los retrocesos en varias categorías, algunos productos como la cerveza, el aguacate y las berries continúan siendo referentes en las exportaciones, con variaciones positivas o estables. Sin embargo, el jitomate ocupa el sexto lugar en valor de exportación dentro del sector agrícola, reflejando su importancia y vulnerabilidad ante las recientes tensiones comerciales.
Esta situación resalta los desafíos que enfrenta la agroindustria mexicana ante cambios en las políticas comerciales internacionales y la necesidad de diversificación y fortalecimiento de mecanismos de protección para sus productos.