María Penella Gómez, actriz y nieta de Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, recientemente ofreció declaraciones sobre el trato familiar con Florinda Meza, viuda del icónico comediante. Durante una entrevista en el podcast “Famosos sin censura”, Penella destacó el respeto y el cariño que mantiene hacia Meza, aunque subrayó la distinción familiar que siempre existió.
Penella, hija de Enrique Penella Jean y Marcela Gómez Fernández, señaló que nunca hubo un vínculo familiar directo con Florinda Meza, pero reconoció su papel al lado de su abuelo.
“Florinda es la esposa de mi abuelo, no es mi abuela y siempre fue así. Siempre estuvo esa distinción. Porque teníamos la relación con mi abuela”, explicó la joven.
La actriz también valoró el trato que la intérprete de “Doña Florinda” tuvo con Gómez Bolaños. “Florinda siempre era muy linda, la verdad. Le tengo cariño, cuidó muchísimos años a mi abuelo. No la he visto hace ya un par de años. Pero siempre ese agradecimiento que lo haya cuidado tanto”, agregó Penella, enfatizando la distancia temporal desde el último contacto entre ambas.
Comentó también que no descarta la posibilidad de que lleguen a actuar juntas en algún proyecto.
Igualmente compartió recuerdos sobre la relación con su abuelo durante su infancia y adolescencia, destacando su carácter afectuoso y su dedicación al trabajo.
“Era un abuelo muy adorable. Trabajaba un montón. Pues en esa época que yo crecí, en los noventas mi abuelo todavía trabajaba muchísimo. Se iba de gira, con el programa y con sus obras de teatro. Entonces trabajaba y viajaba muchísimo. Por lo tanto no nos veíamos mucho. No era el abuelo de todos los domingos vamos a comer porque estaba por toda Latinoamérica”, relató.
Penella explicó que la dinámica familiar cambió cuando Gómez Bolaños redujo su actividad profesional: “Ya cuando él estuvo un poco más grande, se estableció un poco más acá. Nos veíamos y era un abuelo muy divertido. Le encantaba contar historias, siempre nos contaba las mismas. Le gustaba dibujar y nos daba chance de sentarnos a verlo dibujar, a escribir, a tocar el piano, cantaba, tocaba la guitarra. Era un abuelo muy tranquilo y además vivía en Cancún, fantástico”.
“Para cuando yo empecé a actuar, él ya no actuaba (…) a él no le gustaba que yo actuara, yo creo que era muy cuidadoso. Su consejo siempre era, ‘cuídate’, ‘aguas con quién te llevas’, era muy cauteloso”.