El gobierno de Estados Unidos comunicó oficialmente su decisión de retirar su membresía de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que será efectiva el 31 de diciembre de 2026. La decisión responde a la evaluación de que la participación en la organización no aporta beneficios alineados con los intereses del país, según informaron fuentes diplomáticas.
En una carta dirigida a la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, el Departamento de Estado notificó la resolución, destacando que continuar en la organización “no redundará en el interés nacional de EE.UU.”. La portavoz del departamento, Tammy Bruce, explicó en un comunicado que la decisión se tomó después de considerar que la UNESCO trabaja en causas sociales y culturales que pueden resultar divisivas, además de criticar su enfoque hacia la agenda globalista y los Objetivos de Desarrollo Sostenible promovidos por la ONU. Bruce también mencionó que la admisión del “Estado de Palestina” como miembro de la organización fue un factor determinante en la decisión, al considerar que contraviene las políticas estadounidenses y fomenta retórica antiisraelí dentro de la UNESCO.
El anuncio se produce en un contexto en el que Estados Unidos ha modificado su postura respecto a organismos internacionales en los últimos años. Durante el gobierno de Donald Trump, el país había optado por retirarse de varias organizaciones, incluyendo la UNESCO, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Acuerdo de París, decisiones que fueron revertidas por la administración de Joe Biden, quien regresó a Estados Unidos a varias de esas instancias.
La UNESCO, creada en 1945 con el objetivo de promover la paz y el entendimiento internacional a través de la educación, la ciencia y la cultura, ha enfrentado en el pasado acusaciones de politización y controversias internas. La decisión de EE.UU. marca la tercera salida del país de la organización, después de que Ronald Reagan la abandonara en 1984, también por acusaciones de politización excesiva.
Por su parte, Azoulay expresó su pesar por la decisión de EE.UU., señalando que estaban preparados para afrontar la situación, incluso a nivel presupuestario. La participación de Washington en la UNESCO seguirá vigente hasta finales de 2026, cuando entrará en vigor la salida definitiva, según lo establecido en el comunicado oficial.
Este movimiento refleja la continuidad de una política estadounidense que prioriza la defensa de sus intereses nacionales en el ámbito internacional, en un momento en que las relaciones diplomáticas con organismos multilaterales continúan siendo objeto de debate político en Washington.