En medio de un entorno migratorio marcado por políticas cada vez más restrictivas, numerosos residentes legales en Estados Unidos están acelerando sus procesos de naturalización. La incertidumbre generada por las propuestas del gobierno federal ha motivado a migrantes de diferentes edades a acudir a centros comunitarios para prepararse y presentar su examen de ciudadanía.
En Las Vegas, Nevada, migrantes latinos que llevan décadas residiendo en el país han comenzado a tomar clases de ciudadanía en lugares como la Casa del Migrante. Uriel García, instructor con una década de experiencia en estos cursos, señala un notable incremento en el interés y la preocupación de los asistentes. «Nunca antes había visto tanto interés y miedo a la vez», comenta García.
La mayoría de los participantes son mayores de 40 años, algunos cerca de la jubilación, quienes han trabajado legalmente en Estados Unidos por más de una década. Para muchos, la posibilidad de perder su residencia permanente, conocida como “Green Card”, ante las políticas del actual gobierno, ha despertado la sensación de vulnerabilidad.
Históricamente, muchos migrantes residentes legales optaron por no naturalizarse, confiados en la estabilidad de su estatus. Sin embargo, en el contexto político actual, esta percepción se ha visto alterada. Migrantes en otras ciudades con alta población de origen latino reportan una tendencia similar: buscar la ciudadanía para garantizar su permanencia en el país y reducir la incertidumbre.
Este fenómeno refleja un cambio en la actitud de migrantes que, ante un escenario de mayor inestabilidad, consideran la naturalización como una estrategia para asegurar su futuro en Estados Unidos, independientemente de las políticas migratorias que puedan implementar las autoridades en los próximos años.
