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#CHISPAZO Los verdaderos opositores son los ciudadanos, no el PRIAN

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Por: Felipe Guerrero Bojórquez

Las leyes mordaza que se están impulsando en diversos estados morenistas del país, no solo están destinadas a acallar a periodistas, analistas, medios de comunicación, a líderes de partidos opositores, sino principalmente a la gente común que opina en las redes sociales. Si, hacia los ciudadanos está dirigida la estrategia del régimen porque sabe que en ellos radica la verdadera fuerza opositora.

Los ideólogos de la 4T saben perfectamente bien que los partidos opositores, PAN Y PRI principalmente, siguen reducidos, con el estigma de corruptos y que, por lo mismo, les ha sido difícil influir de manera importante en la sociedad mexicana, aunque en algunas regiones del país han salido últimamente fortalecidos electoralmente de frente a MORENA que ha perdido espacios. Pero el régimen sabe muy bien que debe seguir usando a la oposición como piñata para alimentar a sus huestes, enviando el mensaje que estos son los que se oponen a la transformación del país y que, frente a la amenaza externa, se comportan como traidores a la patria. De ahí también el uso del lenguaje patriotero y de la defensa de la soberanía nacional.

Es decir, lo que trata de inculcarle el régimen a sus seguidores, es que su gobernanza es perfecta, no roba, no miente, no traiciona, pero que es la oposición la que sigue inventando señalamientos porque añoran el poder para seguir favoreciendo a los ricos y explotando al pueblo. Es decir, usan la misma descalificación de siempre para mantener su influencia en los sectores que han beneficiado con sus programas sociales. Y lo hacen así porque de otro modo sería aceptar que los cuestionamientos y las críticas fuertes provienen de millones de ciudadanos que se expresan a través de las redes sociales. Ese es el punto, el crecimiento de la inconformidad social que rebasa con mucho a los partidos opositores en los que la mayoría de la gente no cree, pero tampoco en el régimen de la 4T, a quien comparan como igual o peor que aquellos.

Basta con revisar el discurso manipulador del régimen con el que alimenta a sus seguidores, para darse cuenta que todos los males de México siguen estando en los regímenes de Peña Nieto hacia atrás. Se brincan el sexenio de López Obrador donde aparte de la corrupción, el gasto exorbitante y opaco, el abuso de poder y la mentira, al crimen organizado no solo no se combatió, se le abrazó, se le asoció en procesos electorales, en negocios turbios y se le otorgó puestos en el gobierno, por lo tanto, se acrecentó hasta convertirse en una verdadera amenaza para sus propios impulsores. Hoy, el gran problema para la presidente Claudia Sheinbaum, es tratar de demostrarle a los Estados Unidos que su régimen no está ligado a los cárteles de la droga, ni a instituciones financieras, empresas y personajes vinculados al lavado de dinero, cuando las agencias de inteligencia norteamericanas tienen documentado lo contrario.

Que lo demuestren con pruebas pide la mandataria, esas pruebas que nunca pidieron en el caso de García Luna, quien fue acusado y sentenciado bajo testimonios de criminales que se dieron por buenos. Con ese antecedente, a Estados Unidos le basta tener solo declaraciones testimoniales para proceder, aunque todo indica la existencia de documentos, grabaciones y confesiones de participantes en diversos actos criminales que involucran a exfuncionarios y actuales gobernantes de la 4T.

De todo esto están enterados millones de mexicanos, lo comparten, lo conversan en sus redes sociales y a través de sus medios personales, cuestionan y piden cuentas a los funcionarios de diversos niveles desde sus regiones. Y no es de vez en cuando, es todos los días y a todas horas. Son pues los ciudadanos los verdaderos adversarios, los opositores reales a los que de algún modo hay que parar. Y ya lo están haciendo, utilizando a los poderes judiciales estatales en manos, la mayoría, de los gobernadores de MORENA. 

En Hermosillo, la ciudadana Karla María Estrella, fue sentenciada, sin derecho a defenderse, por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a ofrecer disculpa en sus redes sociales durante 30 días por haber supuestamente incurrido en violencia política de género contra la diputada federal del PT, Diana Karina Barreras, esposa del diputado federal Segio Gutiérrez Luna, lider de la fracción parlamentaria de MORENA. ¿Que fue lo que escribió en sus redes Karla María? Le dijo a la diputada que las listas de candidatas en Sonora habían sido “desmadradas” para quedar bien “con su poderoso esposo”.  ¿Cometió algún delito? Evidentemente no, pero eso bastó para acusarla y para que el TEPJF sansionara a la ama de casa. Claro, la resolución impositiva y absurda fue avalada por Mónica Soto, Presidente del Tribunal y por el magistrado Felipe fuentes Barrera, ambos plenamente identificados con el régimen morenista.  Abusivo e indigno proceder no solo de los legisladores, sino del propio TEPJF.

Fue similar el caso del innombrable Fernández Noroña, quien obligó a un ciudadano a ofrecerle disculpas en el Senado, a un lado de él, en una imagen que quedará en la historia como lo más oprobioso en términos de represión a las libertades.

¿Alguien molestó a Noroña en sus tiempos de opositor, por ese su lenguaje construido a base de diatribas y falacias? ¿Qué irá a ser de la libertad de expresión ciudadana a la hora que entre en acción el nuevo Poder Judicial, al servicio del gobierno de MORENA? Habría ya que imaginarlo.

Las denuncias y la represión, a través de una ley para castigar con prisión y multas a quienes injurien, insulten, ofendan o vejen a otras personas o cometan «violencia política de género» a través de las redes digitales, ya está en marcha. En Sinaloa la propuesta la trae la diputada morenista Tere Guerra.  Se trata fundamentalmente de acallar las voces ciudadanas, esas que cuestionan y exigen a los malos gobernantes. Solo que los de la 4T salieron muy delicaditos, muy dignos ellos. Igualitos que los gobiernos de Venezuela, Cuba y  Nicaragua, donde las redes sociales están controladas por los dictadores y, al menor comentario ciudadano que les incomode, como el de Karla Estrada en Hermosillo, les cae inmediatamente el régimen para reprimirlos y encarcelarlos. Para allá vamos. Que no haya duda alguna.

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