Un ataque ocurrido la mañana del jueves en la ciudad de Gaza ha provocado la muerte de dos personas y dejado varias heridas, entre ellas el párroco de la única iglesia católica en el territorio, según informes de representantes religiosos y autoridades locales. El incidente ocurrió en la iglesia de la Sagrada Familia, ubicada en el norte de Gaza, que también sufrió daños significativos en medio de una operación militar israelí.
El párroco, el padre Gabriel Romanelli, conocido por su cercanía con el Papa Francisco, resultó con heridas leves, mientras que una mujer de 84 años y un conserje de 60 años perdieron la vida en el ataque, que testigos describieron como un bombardeo por parte de tanques israelíes. La iglesia, que servía de refugio para muchas personas desplazadas por el conflicto, albergaba tanto a cristianos como a musulmanes, incluidos niños con discapacidades y otros vulnerables, según declaraciones de fuentes en el lugar.
El Hospital Al-Ahli recibió a los heridos y confirma las víctimas fatales. Fadel Naem, su director interino, aseguró que varias personas estaban refugiadas en el recinto, que durante semanas ha sido objeto de ataques reiterados en la zona cercana al hospital. La organización benéfica Caritas Jerusalén informó que además del fallecido conserje y la mujer, otra víctima mortal fue una residente de 84 años que participaba en actividades de apoyo psicosocial en una carpa instalada en la iglesia.
Hasta el momento, el ejército israelí ha reconocido el daño a la iglesia y anunció que investiga el incidente. En un comunicado, el ejército afirmó que “hace todo lo posible para minimizar daños a civiles y bienes civiles, incluidos los sitios religiosos”, y expresó su pesar por cualquier daño causado. Israel también ha acusado a militantes de Hamás de operar desde zonas civiles, en medio de una escalada de violencia en la zona.
En un gesto inusual, el Ministerio de Exteriores israelí publicó una disculpa en redes sociales, expresando “profundo pesar por el daño a la iglesia de la Sagrada Familia en Gaza y por cualquier víctima civil”. Sin embargo, diversas voces internacionales y organizaciones religiosas han condenado el ataque, calificándolo como una grave violación a la santidad de los lugares de culto y a la dignidad humana.
El Patriarcado Greco-Ortodoxo de Jerusalén, que también tiene presencia en Gaza, lamentó los daños y recordó que la iglesia albergaba a 600 personas desplazadas, muchas de ellas niños y personas con discapacidades. La institución afirmó que el ataque representa una afrenta a la inviolabilidad de los sitios religiosos, considerados refugios seguros en tiempos de conflicto.
Por otro lado, en otro incidente, al menos una persona murió y 17 resultaron heridas en un ataque contra dos escuelas que alojaban a desplazados en el campo de refugiados de Al-Bureij, en el centro de Gaza, según informaciones del Hospital Al-Awda. La respuesta del ejército israelí no ha sido aún confirmada respecto a estos hechos.
El contexto internacional ha sido especialmente crítico, con la primera ministra italiana Giorgia Meloni responsabilizando a Israel por el ataque a la iglesia y calificándolo como inaceptable, destacando que ninguna acción militar puede justificar la violación de lugares sagrados y civiles. La comunidad internacional continúa llamando a la moderación y al respeto por la protección de civiles y sitios religiosos en medio de la escalada de violencia en Gaza.
El Papa Francisco, que en los últimos meses mantenía contacto frecuente con la comunidad de la iglesia en Gaza para conocer su situación, ha expresado su preocupación por la violencia y la pérdida de vidas humanas en la región. La comunidad cristiana en Gaza, que representa aproximadamente 1,000 personas en un territorio mayoritariamente musulmán, continúa enfrentando una situación de vulnerabilidad y desplazamiento, en medio de un conflicto que no muestra señales de cercanía a una solución inmediata.
Información de AP News.
