Reconocido por su carácter amistoso y su papel ecológico, el capibara celebra su día internacional mientras su popularidad crece en diversas plataformas y mercados
Aunque México no forma parte de su hábitat natural, los capibaras —los roedores más grandes del mundo— pueden encontrarse en zoológicos como los de Chapultepec y San Juan de Aragón, y en acuarios y parques ecológicos del país. Originarios de Sudamérica, estos mamíferos de más de 50 kilogramos y un metro de longitud en su etapa adulta, han ganado reconocimiento global no solo por su tamaño, sino por su carácter social y su interés en la cultura popular, en especial en forma de peluches y contenido digital.
Hábitat y comportamiento
Los capibaras viven en grupos de entre cinco y veinte individuos, asentados cerca de cuerpos de agua dulce como ríos, lagos o estuarios. Este entorno acuático es fundamental para su supervivencia, ya que actúa como regulador térmico y medio de escape de depredadores. Gracias a sus patas palmeadas, son excelentes nadadores y pueden permanecer sumergidos durante largos períodos.
Su naturaleza social se manifiesta en prácticas cooperativas, como compartir la lactancia entre hembras y permitir que los cachorros sean alimentados por varias de ellas. Además, mantienen relaciones armónicas con otras especies: aves que descansan en su lomo o cocodrilos que comparten su espacio sin agresión.
Ecosistema y funciones
El sistema digestivo de los capibaras, poco eficiente, los obliga a consumir grandes cantidades de vegetación, lo cual tiene un impacto positivo en su entorno. Al reducir la altura de la vegetación en extensas áreas, fomentan la biodiversidad al crear nichos para otras plantas, animales e insectos. Asimismo, su actividad ayuda a prevenir incendios forestales al disminuir el material combustible en su hábitat.
Importancia cultural y advertencias
En Internet, los capibaras han conquistado a audiencias globales por su actitud calmada y su apariencia amigable, lo que ha impulsado la comercialización de peluches y otros productos relacionados. Sin embargo, expertos en zoología advierten que no son animales aptos como mascotas. Debido a su necesidad de un entorno social y ecológico específico, pueden ser agresivos en ciertos contextos y no toleran bien la interacción con humanos en estado salvaje.
El maestro Itzócatl Maldonado Reséndiz, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, enfatiza que estos animales requieren cuidados especializados y que su presencia en ambientes no controlados puede generar problemas tanto para ellos como para las personas.
Conclusión
El Día del Capibara resalta no solo su carácter amistoso y su papel en los ecosistemas, sino también la importancia de respetar su naturaleza y sus necesidades. Aunque su imagen como peluche y símbolo de ternura ha incrementado su popularidad, es fundamental recordar que su bienestar y conservación dependen de un manejo responsable y consciente.
Con información de EFE y López-Dóriga Digital