Una niña de dos años asesinada y posteriormente enterrada debajo de un sillón en su vivienda, en el municipio de Chimalhuacán, Estado de México, derivó en la captura de los presuntos responsables: la madre de la menor y su padrastro, identificados como Alma Sofía “N” y Brayan Jesús “N”, respectivamente.
Al ser detenidos, los responsables intentaron sobornar a los policías, por lo que también fueron puestos a disposición de las autoridades por el delito de cohecho.
Posteriormente, la fiscalía les cumplimentó una orden de aprehensión por feminicidio, en agravio de la menor, cuya identidad se mantiene bajo resguardo por tratarse de una víctima de violencia infantil.
Ambos imputados fueron ingresados a un penal de la región, donde un juez de control determinará su situación jurídica en los próximos días. La FGJEM informó que el caso se investigará como feminicidio, dada la condición de género y la edad de la víctima.
De acuerdo con los primeros informes, los hechos ocurrieron el pasado 3 de julio, luego de que los abuelos maternos de la niña acudieron a la vivienda ubicada en la comunidad de San Pablo, en el mencionado municipio.
Al ingresar, notaron la ausencia de su nieta menor y observaron que la otra niña, de unos cuatro años, tenía visibles moretones en el cuerpo, por lo que decidieron llevársela para protegerla.
El testimonio de la niña de cuatro años fue determinante para la localización del cuerpo. Según confirmaron autoridades ministeriales, la menor explicó que su padrastro las agredió a ambas, pero a su hermana le dio un machetazo y después la enterró bajo el sillón.
Los abuelos también reportaron que el padrastro era consumidor de sustancias ilícitas, lo que, en su opinión, pudo influir en la violencia ejercida contra las niñas.
Tras la noticia, el abuelo regresó al domicilio y al mover el sillón encontró tierra removida, al excavar, encontró el cadáver de su nieta, lo que provocó la intervención inmediata de las autoridades.
Los primeros peritajes forenses apuntaron que la menor falleció por traumatismo craneoencefálico, resultado de la agresión directa con un arma contundente.