México se suma a los 96 países que apoyan un acuerdo mundial para reducir la producción y contaminación por plásticos
La comunidad internacional intensifica sus esfuerzos para establecer un tratado global que frene la problemática de los plásticos, en un contexto marcado por la Cumbre de la ONU sobre los Océanos (UNOC3), donde se aprobó una declaración que busca sumar más naciones a esta iniciativa. Hasta el momento, al menos 96 países respaldan un texto que insta a alcanzar un consenso en agosto próximo en Ginebra, Suiza, con el objetivo de implementar medidas concretas para reducir la producción de plástico, pese a las reticencias de potencias petroleras como Arabia Saudita, Irán y Rusia.
La declaración ha sido vista como un paso positivo en las negociaciones internacionales, que han enfrentado obstáculos desde su inicio. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica de España, Sara Aagesen, destacó la importancia del liderazgo en estas negociaciones, señalando que “la evidencia científica nos lleva a decir que es necesario actuar con urgencia”, desde la sede de la UNOC3 en Niza.
El desafío que presenta la contaminación por plásticos es de gran envergadura, afectando tanto a los ecosistemas marinos como a la salud humana. Se estima que alrededor de 100 mil aves y mamíferos acuáticos mueren anualmente a causa de este material, además de estudios que relacionan los microplásticos y sus aditivos con problemas en el sistema endocrino y enfermedades cardiovasculares.
Tras la adopción en 2022 de una resolución en la ONU para eliminar la contaminación plástica, varias rondas de negociaciones fracasaron debido a la resistencia de países con grandes industrias petroquímicas, incluyendo a Uruguay, Francia, Kenia, Canadá y Corea del Sur. La actual dinámica muestra un grupo de países en proceso de definir su postura, con la esperanza de sumar más apoyos en los próximos meses.
Desde el Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL), el abogado colombiano Andrés del Castillo valoró positivamente la declaración de la UNOC3, calificándola como “un muy buen punto de partida” y señalando que refleja la voz de una mayoría que está hablando fuerte. Del Castillo también advirtió sobre la existencia de 1,400 proyectos de nuevas industrias petroquímicas en el mundo, sin que exista un sistema efectivo de manejo de residuos que pueda controlar este aumento exponencial.
Curiosamente, algunos de los países pioneros en la regulación y reducción del plástico no son las naciones desarrolladas, sino países africanos como Ruanda y Kenia. Bangladesh fue uno de los primeros en establecer regulaciones en los años 90, motivado por el exceso de plásticos que saturaba sus canales de agua.
La evidencia científica sigue acumulándose sobre los efectos nocivos de los microplásticos y los químicos que contienen en la salud humana, relacionados con enfermedades cardiovasculares y la disrupción del sistema endocrino. La preocupación también se extiende a la saturación de los ecosistemas marinos y la dificultad de control ante el crecimiento exponencial de estas sustancias.
Por su parte, el Gobierno francés expresó su postura tras hacerse pública la lista de países firmantes, enfatizando que “el plástico representa un problema mundial con graves consecuencias para el medioambiente y la salud pública”. Francia alertó que, si no se toman medidas, la producción global de plástico, que actualmente alcanza las 460 millones de toneladas anuales, podría triplicarse para 2060.
Entre los países firmantes en esta etapa inicial, figuran varias naciones latinoamericanas como México, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, Perú, Uruguay, además de España, la República Dominicana y Panamá. Sin embargo, aún permanecen fuera del acuerdo potencias demográficas como China, India, Estados Unidos y grandes economías de la región, como Brasil y Argentina, lo que podría influir en el alcance y efectividad del futuro tratado.