El estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, enfrenta una de sus peores crisis por fenómenos meteorológicos extremos, tras lluvias intensas que en apenas 48 horas igualaron la precipitación de cuatro meses en varias regiones. La situación ha provocado la evacuación de comunidades enteras y la trágica recuperación de tres cuerpos en la región de Mid North Coast, a unos 400 kilómetros al noreste de Sídney, donde las crecidas súbitas obligaron a residentes a refugiarse en techos y a ser rescatados por diferentes medios de emergencia.
Las autoridades regionales han desplegado helicópteros, barcos y drones en labores de búsqueda y rescate, mientras los informes indican que cerca de 50.000 personas permanecen aisladas, muchas sin acceso a medicinas o alimentos. El primer ministro regional, Chris Minns, advirtió sobre posibles agravantes en las próximas horas, señalando que se esperan “más malas noticias en las 24 horas siguientes”, en medio de un escenario que calificó como “terrible para la comunidad”.
El alcalde de Kempsey, Kinne Ring, describió la situación en su municipio —una zona agrícola a orillas del río Macleay— como “ensordecedora y horrible”, resaltando que los habitantes no tuvieron tiempo de reaccionar ante la magnitud de la creciente. La localidad, con más de 20.000 residentes, permanece completamente aislada.
Este evento forma parte de un patrón de fenómenos meteorológicos extremos que han afectado a Australia en los últimos meses, desde el interior desértico hasta la costa norte tropical. La temperatura media en la superficie del mar alrededor del país alcanzó récords en 2024, lo que, según científicos, aumenta la humedad atmosférica y favorece lluvias más intensas. La ministra de Gestión de Emergencias, Kristy McBain, afirmó que el cambio climático está teniendo un impacto directo en la frecuencia y gravedad de estos eventos, señalando que Australia no es inmune a esas tendencias y que fenómenos devastadores como este se repiten con mayor frecuencia.
Con información de DW.