Carlo Acutis, un joven italiano que dejó una huella perdurable en el mundo digital y espiritual, será proclamado santo este mes, marcando un hito en la historia de la Iglesia católica al convertirse en el primer santo de la generación ‘millenial’. A los 15 años, Acutis falleció debido a una leucemia, pero su legado continúa inspirando a miles, especialmente a los más jóvenes.
Nacido en Londres en 1991 y criado en Italia, Acutis destacó desde temprana edad por su habilidad en la informática, creando páginas web para difundir su fe y facilitar el acceso a la enseñanza religiosa. Su madre, Antonia Salzano Acutis, recuerda a su hijo como un adolescente común, que lidiaba con los retos de la adolescencia, pero que también poseía una profunda espiritualidad. “Carlo era un niño normal y corriente como los demás. Jugaba, tenía amigos e iba al colegio. Pero su cualidad extraordinaria era que abrió la puerta de su corazón a Jesús”, comentó Salzano.
Tras su muerte en 2006, su figura comenzó a ganar notoriedad, y su cuerpo fue trasladado a Asís, donde fue enterrado con un molde de cera que refleja su imagen en chándal y zapatillas, lo que simboliza su conexión con los jóvenes de su generación. Desde entonces, su tumba ha atraído a multitudes que buscan inspiración en su vida.
La ceremonia de canonización, programada para el 27 de abril en la plaza de San Pedro, se espera que reúna a decenas de miles de asistentes. Las autoridades vaticanas anticipan que el Papa Francisco, quien se recupera de una neumonía, presidirá el evento. El obispo Domenico Sorrentino, de la diócesis de Asís, ha destacado el interés global por Acutis, atribuyéndolo a su “sonrisa” y a su capacidad para conectar con el corazón de los jóvenes.
La fama de Acutis no solo se debe a su vida, sino también a los milagros atribuidos a su intercesión. Entre ellos, la curación de un niño brasileño con una malformación pancreática y de una joven costarricense involucrada en un accidente de bicicleta. Según las madres de los afectados, ambas habían orado a Acutis en busca de ayuda.
“Carlo utilizó su habilidad para difundir la buena nueva, el Evangelio. Quería ayudar a la gente a tener más fe y a entender que hay una vida después de la muerte”, concluyó su madre. Con su canonización, Carlo Acutis se posiciona como un modelo de fe y esperanza para la juventud contemporánea, recordando que la espiritualidad puede coexistir con la vida moderna.
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