El Ministerio de Finanzas de Rusia ha delineado un plan de privatización de empresas estatales en respuesta a un considerable número de expropiaciones que se produjeron tras el inicio del conflicto en Ucrania. El titular de la cartera, Antón Siluánov, ha indicado que se espera que para 2025 los ingresos por la venta de estas propiedades asciendan a al menos 100.000 millones de rublos, equivalentes a más de 1.225 millones de dólares, según informó la agencia oficial TASS.
Durante una reunión con la dirección de la Agencia de Patrimonio Estatal, Siluánov destacó que el año 2025 será clave para abordar la privatización y establecer nuevas estrategias de desarrollo para las empresas estatales, con el objetivo de aumentar su contribución al cumplimiento de las metas nacionales. Hasta octubre de 2024, se había completado la venta de 27 empresas, y el viceministro de Finanzas, Alexéi Moiséyev, anunció que el plan de privatización abarca un total de 184 compañías.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania en 2022, el Kremlin ha justificado la expropiación de activos como una medida para rectificar lo que consideran errores de la privatización de los años noventa, tras la desintegración de la Unión Soviética. Sin embargo, la actual ola de nacionalizaciones parece estar dirigida mayormente contra empresas extranjeras que decidieron permanecer en el mercado ruso, así como contra firmas relacionadas con sectores industriales, manufactureros y agrícolas, y empresas rusas cuyos propietarios tienen vínculos con naciones occidentales.
Expertos en el tema sugieren que la motivación principal detrás de estas expropiaciones podría ser el control de los canales financieros del país, ya que la nacionalización se ha visto acompañada de un proceso de privatización que podría beneficiar a individuos cercanos al Kremlin. Esta dinámica plantea interrogantes sobre el futuro económico de Rusia y el impacto en la inversión extranjera en el país.
Con información de DW.
