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El Amor y la Amistad más allá del romanticismo

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Por: Yuri Guzmán

Hablemos del amor sin cursilerías. Hablemos del amor sincero, ese que va más allá del enamoramiento o, como va, “apendejamiento”. En la sociedad contemporánea, a menudo se da prioridad al amor romántico, relegando a un segundo plano la importancia de la amistad y otras formas de amor.

Sin embargo, tanto la amistad como el amor, en sus diversas manifestaciones, son fundamentales para el bienestar emocional y psicológico del ser humano. Los psicólogos y sociólogos consideran crucial entender cómo estos lazos afectan nuestra salud mental y física, y cómo se consolidan con el tiempo.

Desde el punto de vista psicológico, la amistad proporciona un sentido de pertenencia y apoyo emocional. Un estudio de la Universidad de California, refiere que las personas que mantienen relaciones amistosas sólidas tienen 50% más de probabilidades de sobrevivir a situaciones de estrés y adversidad. Y eso ocurre porque las amistades actúan como un amortiguador contra la ansiedad y la depresión, proporcionando un espacio seguro para la expresión emocional. Además, el amor, en cualquiera de sus formas, libera hormonas como la oxitocina y la dopamina, que están asociadas con el bienestar y la felicidad. Estas sustancias químicas no solo mejoran nuestro estado de ánimo, sino que también fortalecen el sistema inmunológico y reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Y desde una perspectiva sociológica, las relaciones interpersonales, ya sean amistades o amores platónicos, son esenciales para construir redes de apoyo social. Un estudio de la Universidad de Harvard indicó que las personas con un círculo social amplio tienen un 35% menos de probabilidades de sufrir problemas de salud mental a lo largo de su vida. La amistad también fomenta la empatía y la solidaridad, habilidades necesarias en un mundo cada vez más individualista. Estos lazos sociales fortalecen la cohesión comunitaria y promueven un entorno en el que los individuos se sienten valorados y comprendidos.

Y no es puro rollo mareador… lo dice la ciencia.

Pero continuemos: La consolidación de una amistad o un amor requiere tiempo y esfuerzo. Según el psicólogo John Gottman, las relaciones que perduran se basan en la confianza, la comunicación y el respeto mutuo. La inversión emocional en una amistad o una relación amorosa no solo proporciona una red de apoyo, sino que también fomenta el crecimiento personal. Los amigos y seres queridos nos desafían a ser la mejor versión de nosotros mismos y nos ayudan a enfrentar los desafíos de la vida.

Los beneficios físicos de tener relaciones amorosas y amistades son igualmente significativos. Estudios han demostrado que las personas con relaciones sólidas tienden a llevar estilos de vida más saludables, como hacer ejercicio regularmente y mantener una dieta equilibrada. Además, el contacto físico asociado con el amor y la amistad, como abrazos y caricias, libera oxitocina, que reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

En conclusión, el amor y la amistad son pilares fundamentales del bienestar humano. Más allá de las narrativas románticas que suelen dominar nuestras vidas, estas relaciones nos brindan apoyo emocional, fomentan la salud mental y física, y crean un sentido de pertenencia en un mundo que a menudo se siente desolado.

Invertir en la amistad y en el amor en sus múltiples formas no solo enriquece nuestras vidas, sino que también nos prepara para enfrentar los desafíos que la vida nos presenta. A través de estas conexiones, encontramos no solo la felicidad, sino también un sentido más profundo de propósito y comunidad.

Por lo tanto, sigue y seguirá siendo vigente decir: Hagamos el Amor, No la Guerra.

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