Jacques Audiard, director de la polémica película Emilia Pérez, ha encontrado nuevamente el centro de la controversia tras unas declaraciones realizadas en una entrevista para un medio francés, donde se refirió al idioma español como un «lenguaje de países de pobres y migrantes». Este comentario ha reavivado las críticas que rodean la producción, que ya enfrentaba un complicado debut en las salas de cine de México.
La declaración de Audiard se viralizó rápidamente en redes sociales, donde usuarios expresaron su indignación, interpretando sus palabras como un acto de clasismo y desprecio hacia las naciones hispanohablantes. La controversia se suma a una serie de reacciones adversas que han acompañado al filme desde su anuncio, marcando un inicio poco favorable para la producción en el mercado mexicano.
En medio de la tormenta mediática, el director defendió su amor por México, afirmando que su deseo de realizar Emilia Pérez nació hace décadas, tras su primer viaje al país en los años 70. «Desde entonces he vuelto muchas veces. Para mí esa primera vez fue una gran impresión, me enamoré de México», comentó Audiard, quien también destacó la «melancolía encantadora» de su gente y la belleza de sus paisajes.
Pese a sus intentos de matizar sus sentimientos hacia el país, las reacciones negativas ante sus comentarios sobre el español han eclipsado su narrativa, dejando a la película en el ojo del huracán. La producción, que prometía ser un homenaje a la cultura mexicana, ahora enfrenta un reto considerable para cambiar la percepción pública en medio de esta creciente controversia.
La situación plantea un dilema sobre la sensibilidad cultural en el cine contemporáneo, donde las palabras de los creadores pueden tener un impacto significativo en la recepción de sus obras. La pregunta que queda en el aire es si Audiard podrá recuperar la confianza del público mexicano y ofrecer una representación auténtica de su cultura a través de Emilia Pérez.
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