La exministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, ha presentado un ambicioso plan para hacer frente a las amenazas de aranceles del presidente estadounidense Donald Trump, en medio de su campaña para reemplazar a Justin Trudeau como primera ministra. Freeland propone la creación de una «lista de represalias» que incluiría productos canadienses sujetos a gravámenes en respuesta a potenciales aranceles del 25% a las importaciones canadienses.
En un comunicado emitido el lunes, Freeland subrayó la importancia de una respuesta contundente, sugiriendo que una lista de productos por valor de 200 mil millones de dólares canadienses (139 mil millones de dólares estadounidenses) enviaría un mensaje claro a los exportadores de EE. UU. sobre el impacto que tendrían las medidas arancelarias. «Ser inteligentes significa tomar represalias donde más duele», afirmó Freeland, destacando que las contramedidas deben ser «precisas y dolorosas» para sectores específicos, como los productores de naranjas de Florida y los fabricantes de lavavajillas de Michigan.
Freeland también hizo hincapié en la necesidad de que Canadá deje claro a los estadounidenses los costos específicos que enfrentarán si el gobierno de Trump implementa aranceles. Esta postura se produce en un contexto de creciente tensión comercial entre Canadá y EE. UU., donde Trump ha adoptado un enfoque beligerante hacia su vecino del norte, sugiriendo que debería convertirse en el estado número 51 del país.
La interdependencia económica entre Canadá y EE. UU. es significativa, con casi 3,600 millones de dólares canadienses (2,700 millones de dólares estadounidenses) en bienes y servicios cruzando la frontera diariamente. Sin embargo, expertos como John Ries, decano adjunto en la Facultad de Negocios Sauder de la Universidad de Columbia Británica, advierten que, aunque Canadá debe estar preparado para tomar medidas de represalia, es prudente no hacer públicas sus intenciones por adelantado, ya que esto podría dificultar la posibilidad de una retirada de las amenazas de Trump.
Además de la lista de represalias, Freeland ha manifestado su intención de prohibir la participación de empresas estadounidenses en licitaciones federales, salvo en cuestiones de defensa, y convocar una cumbre internacional con otros gobiernos aliados para coordinar una respuesta unificada ante los desafíos económicos y de soberanía que enfrenta Canadá.
La situación política en Canadá es volátil, ya que Trudeau ha anunciado su intención de dejar el cargo, lo que abre la puerta a una nueva dirección política bajo el liderazgo que surja del Partido Liberal. Con una elección anticipada en el horizonte, la capacidad de Freeland para implementar su plan y hacer frente a la presión de EE. UU. será un tema crucial en la campaña electoral.
Mientras tanto, la oposición ha prometido derribar al gobierno liberal en un voto de no confianza, lo que podría llevar a una elección inminente y a la posibilidad de que el próximo líder del Partido Liberal asuma el cargo de primer ministro con un mandato excepcionalmente corto. La estrategia de Freeland podría ser un factor determinante en su búsqueda por consolidar su posición como líder de un Canadá que enfrenta desafíos externos significativos.
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