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Caída de Remesas y Deportaciones: Un Escenario Desolador para Jalisco y México

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Un grupo de especialistas del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) ha presentado un preocupante análisis sobre las posibles consecuencias de las políticas migratorias que planea implementar el presidente estadounidense Donald Trump. Según sus proyecciones, un escenario catastrófico podría incluir una drástica caída de las remesas y la deportación del 20% de los migrantes mexicanos.

El doctor Antonio Ruiz Porras, coordinador del doctorado en Estudios Económicos, advirtió que la imposición de un impuesto del 10% sobre las remesas podría generar una pérdida de aproximadamente 6,500 millones de dólares, considerando que México recibió 65,000 millones de dólares en remesas en 2024. Esta cifra supera el total de remesas que recibe el estado de Jalisco. Además, estimó que las deportaciones masivas podrían costarle al país alrededor de 13,000 millones de dólares, lo que repercutiría en una disminución del Producto Interno Bruto (PIB) de las remesas, pasando de un 3.5% a un 2.6%.

Para los grupos de bajos ingresos en México, este panorama representaría un desafío significativo para mantener su calidad de vida. Ruiz Porras destacó la importancia de implementar políticas públicas efectivas que ofrezcan capacitación a migrantes y retorno de deportados, así como un apoyo social más amplio.

Las remesas son vitales para la economía mexicana, beneficiando a cerca de 5 millones de personas, lo que equivale al 12% de la población adulta. En estados como Chiapas, las remesas representan aproximadamente el 15% de su PIB, mientras que Jalisco ocupa el tercer lugar en recepción de remesas a nivel nacional, aunque hace dos años ocupaba el primer puesto.

El doctor Clemente Hernández Rodríguez, del Departamento de Economía, subrayó que la llegada de remesas beneficia principalmente a las familias receptoras y a los municipios, pero también conlleva una serie de pérdidas para las empresas locales que ven mermado su capital humano. La migración, a menudo impulsada por la falta de oportunidades laborales, afecta la calidad de la producción local.

Además, se observó que muchos migrantes envían remesas durante un corto periodo, ya que, con el tiempo, las necesidades familiares y el costo de vida en el extranjero pueden reducir el flujo de dinero. La migración interna también se ha incrementado debido a factores como la violencia, especialmente hacia áreas urbanas, lo que ha alterado la dinámica de recepción de remesas.

Hernández Rodríguez advirtió que una deportación masiva generaría una nueva fuerza laboral en México, donde los empresarios podrían aprovechar la situación para establecer condiciones laborales precarias.

Por su parte, el doctor Rafael Salvador Espinosa Ramírez argumentó que la dependencia de las remesas refleja la incapacidad económica para generar suficientes empleos. Resaltó que las remesas no son un signo de una economía saludable, sino de serias carencias. En caso de deportaciones masivas, sería más sencillo despedir a trabajadores del sector agrícola en comparación con aquellos ya integrados en la economía urbana.

Este análisis pone de relieve la complejidad de la situación migratoria y económica en México, instando a la necesidad de políticas proactivas que aborden la problemática de manera integral.

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