Viviana Elizabeth Garrido Ibarra, la ingeniería bioquímica que desapareció en 2018, pudo ser una víctima más de Miguel Cortés Miranda, el feminicida serial de Iztacalco.
Se sabe que trabajó en el Laboratorio Arj, con sede en Iztacalco, donde Miguel Cortés era su compañero. De acuerdo con otros trabajadores, ella era de las pocas personas que hablaba y comía con él.
Viviana fue vista por última vez en la entrada del metro Ermita, el 30 de noviembre de 2018, tras cumplir con su jornada laboral, pero nunca llegó a casa.
Este sólo fue el inicio del martirio para su familia, pues luego de exigir avances en la investigación, las autoridades se negaron a acceder a la geolocalización de su teléfono bajo el argumento de que “no había recursos suficientes”, y al solicitar las cámaras cercanas al metro, se les dijo que estas no funcionaban desde hace un tiempo.
Al momento de su desaparición, Viviana tenía 32 años y era mamá de una niña de nueve. Ahora, al parecer alguien de su familia se hará estudios para conocer si su ADN está en alguno de los restos humanos hallados en el departamento del feminicida.
