El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, participó este sábado en una multitudinaria marcha evangélica en una playa del sur del país y en su discurso ignoró los escándalos agravados esta semana en su Ministerio de Educación y que salpicaron a pastores religiosos próximos de él.
«Siempre he hablado de las cuatro líneas de la Constitución. Tengo la seguridad de que si es necesario, y cada vez me parece más que lo será, nosotros tomaremos las decisiones que deben ser tomadas», declaró Bolsonaro a centenas de evangélicos congregados en el Balneario Camboriu, una ciudad del estado de Santa Catarina.