Filas de camiones con productos, muchos perecederos, aguardan su entrada a EE.UU. en la frontera con Texas en medio del caos de los últimos cinco días por las nuevas requisas contra la migración ilegal ordenadas por el gobernador de Texas, Greg Abbott, en medio del rechazo de los gobiernos de ambos países que las tildan de inútiles y perjudiciales.
El republicano, que busca la reelección este año, impuso desde la semana pasada nuevas revisiones estatales al transporte de carga en aras de detener indocumentados, pero en el camino ha detenido el 60 % del tráfico comercial binacional, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) de EE.UU.