El nadador mexicano Gustavo Sánchez Martínez compitió en Tokio por tercera vez en unos Juegos Paralímpicos, y aunque en esta ocasión se marcha sin hacer podio, volvió a exhibir su capacidad para derribar barreras dentro y fuera del agua.
Sánchez, quien debido a una discapacidad congénita sólo cuenta con un brazo plenamente funcional de entre las cuatro extremidades, logró meterse en Tokio en las finales de los 100 y los 200 metros libres categoría S4 de entre las seis pruebas en las que participó, sin llegar a llevarse medalla.