El estado de salud de la expresidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez ha vuelto a causar polémica en el país entre el Gobierno, que asegura que los derechos de la exmandataria son respetados, y la oposición y su familia, que critican el trato que se le da en la prisión en que se encuentra desde marzo pasado.
La polémica se desató tras el sorpresivo traslado de la exgobernante en la víspera a un hospital público para una «valoración clínica» recomendada por el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) y su retorno posterior a la cárcel.