Ya exhaustos incluso antes de que termine julio batallando las decenas de gigantescos fuegos que queman en California, los bomberos han desplegado hasta el último de sus recursos para hacer frente a los meses que vienen, tradicionalmente los peores del año en cuanto a incendios.
Tras un invierno sin apenas precipitaciones y un inicio de verano con temperaturas de récord, las condiciones son de un riesgo de fuego altísimo, ante lo que se han equipado decenas de pequeñas y aisladas estaciones por todo el estado que normalmente se encuentran vacías, pero que permiten llegar a cualquier incidente mucho más rápido.