Ruby Vizcarra pasó su infancia siendo objeto de burlas y acoso debido a su fina y blanca piel y a su cabello platinado, pero con el tiempo aprendió a abrazar su albinismo y se ha empeñado en hacer que los demás sepan de su condición y vean su belleza a través del modelaje.
Cuando Vizcarra cursaba el primer año de primaria, tenía compañeros que la perseguían e incluso la golpeaban porque entre los 40 niños de su clase, solo ella sobresalía al ser la única albina en su escuela.