El pueblo mexicano de El Aguaje, que el nuncio y representante del papa, Franco Coppola, visitó por su violencia, era líder nacional en cultivo de marihuana y ahora afronta el éxodo masivo de familias que ganaban fortunas al traficarla a Estados Unidos.
El Aguaje es el poblado más reconocido del municipio de Aguililla, en el occidental estado mexicano de Michoacán, y es famoso por “narcocorridos” que describen su historia de “pueblo narco”, aunque hoy apenas llega a los 300 habitantes de los 15.000 que había en la década de los 90.