El Gobierno conservador del Reino Unido defendió este domingo al primer ministro, Boris Johnson, ante las crecientes acusaciones de la oposición de que lidera una Administración corrupta marcada por el amiguismo.
En los últimos días, el jefe del Ejecutivo, de 56 años, ha sido acusado de tratar de pagar la reforma de su apartamento oficial en Londres con dinero no declarado de simpatizantes del partido; de conceder contratos públicos, y de dar trato de favor a empresarios y políticos afines, todo lo cual niega.