Sri Lanka celebró hoy entre un amplio despliegue de seguridad el Domingo de Pascua, después de que hace dos años esta festividad vivió uno de sus días más trágicos con los atentados yihadistas a tres iglesias y tres hoteles de lujo que dejaron 269 muertos, entre ellos 45 niños, y más de 400 heridos.
A las 8.45 de la mañana (2.45 GMT) las campanas repicaron con fuerza en el Santuario de San Antonio, en Colombo, para recordar el momento en el que comenzaron los ataques coordinados a las iglesias, dejando tras de sí un rastro de sangre.