Una vez que entró la saturación con los maratones de series y seguidilla de películas, la música se convirtió en el refugio y la compañía favorita de confinados y trabajadores esenciales.
Plataformas como Spotify y empresas de medición como Nielsen revelaron que muchos combinaron sus autocreadas «playlists» con el disfrute de discos enteros -como se hacía antes-, algunos de ellos entregados y concebidos en 2020.