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La Gobernabilidad en tiempos de cambio

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Por: Carlos Reyes

La palabra por instinto propio nos hace pensar en el equilibrio de las cosas, cuando se habla de gobernabilidad se entiende el término ligado con la política y de inmediato pensamos en las dolencias sociales, la seguridad, el empleo y la economía familiar así como el desarrollo de nuestras ciudades, porque aunque no parezca el reflejo de nuestra ciudad, es precisamente el resultado de las famosas políticas públicas de los gobiernos.

Pero la gobernabilidad va un poco más allá de ser únicamente un instrumento de gobierno y lamentablemente no muchos la utilizan, pero sí es llevada a los discursos políticos rimbombantes, para justificar y decirnos “todo va bien”.

Las campañas políticas son ágiles y de tiempos definidos, en ellas los diferentes candidatos a los puestos de elección popular exponen sus carreras, sus ideologías y generalmente utilizan todos los medios a su alcance para señalar los grandes errores de los gobiernos actuales, por esto la importancia de saber identificar al tipo de candidato es importantísima.

Para ganar la famosa campaña política, los actores contratan a empresas y equipos profesionales, los consultores encuentran la manera de posicionar el nombre y el supuesto mensaje con el cual nos identificaremos y finalmente lograr el triunfo.

Una vez con la victoria en las manos, comienza la nueva luna de miel de cada tres o seis años donde los ciudadanos estamos expectantes de sus acciones y donde todo pareciera miel sobre hojuelas, a esto se denomina el bono democrático, donde los ciudadanos siguen aprobando la legitimidad del gobernante.

Pero en la realidad y de manera inconsciente, le estamos dando tiempo para incorporarse al ritmo del mandato y este será la etiqueta o sello de su gobierno, después vienen los famosos 100 días de trabajo, entonces llegarán campañas y una serie de acciones para seguir contando o fortaleciendo este famoso bono democrático.

La verdadera complejidad del gobierno es cuando el gobernante debe enfrentar situaciones no visibles en el presente, entonces el futuro se le presenta de manera incierta, que en la mayoría de los casos no se cuenta con las capacidades gerenciales o técnicas de gobierno para ayudarle a solventar los problemas y realizar ajustes a la velocidad necesarios para entregar resultados.

Aquí comienza a darse una lejanía y la corte que acompaña al gobernante lo aísla para protegerlo de lo externo y que pueda causarle inestabilidad, aunque esto signifiquen movimientos sociales y respuestas negativas a las acciones y políticas de gobierno mal aplicadas, pero cuando la mejor herramienta que tiene el mandatario es el instinto, el resultado siempre será la pérdida de la legitimidad (el bono democrático) y comienza una ruta de enfrentamientos y frentes negativos abiertos.

El control de daños es lo que comenzará a regir en la agenda pública y con ello vienen acciones únicamente de reacción a todos los temas, transporte, seguridad, oposición, congresos, sociedad civil organizada, y todos los sectores comienzan a tener división interna, al menos los no beneficiados por el presupuesto, el tiempo comienza a escasear y en este punto se ha perdido la pasión del inicio del proyecto cuando se arrancó la campaña, la burocracia comienza también a generar resistencias y el caos llega a instalarse como parte de la vida cotidiana del gobernante.

Para todo esto ya habrán pasado algunos años de gobierno y con ello ha llegado la hora de comenzar el nuevo proceso electoral y las campañas políticas, con ellas llegan nuevos actores donde aplicarán la misma fórmula en su mensaje, señalar los errores de las decisiones públicas y los malos resultados del ejercicio de gobierno.

Por eso la gobernabilidad es tan importante para los gobiernos aunque muchos no tengan ni la menor idea de lo que significa y de cómo aplicarla, pero en realidad la concentración de la mayoría ha sido la campaña política y no contratar expertos para ayudarle a tomar decisiones públicas que le den certeza de la cercanía, de los consensos, de la visión a largo plazo y mucho menos de un área específica para la resolución de problemas.

Gobernar es una tarea compleja y requiere de profunda concentración ya que las evaluaciones no deben sustentarse en una encuesta, deben sustentarse en estudios propios de gobernabilidad donde realmente se tengan las causas de los conflictos y la resolución de ellos.

Gobernar con técnicas de gobierno ayuda a tener orden, definición del rumbo y ritmo para construir un mejor país del que hoy tenemos con humildad, solidaridad y que el ejercicio del poder sirva para empoderar al ciudadano, es decir gobernar con cercanía para poder entregarle al ciudadano las herramientas necesarias de participación, donde el resultado sea estar al centro de las decisiones públicas.

Gobernar en estos tiempos de cambio debería significar la regionalización de los problemas, construir verdaderas soluciones y comenzar a construir un nuevo precedente de resultados para los retos a enfrentar en lo micro, para después encontrar una nueva ruta a nivel país.

Recordemos algo importante, a la hora de gobernar tampoco se comunica todo, y a veces gobernamos bien pero comunicamos mal.

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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2