¡Aguas con las autoridades y el temporal!
Por: Rocco Palomera
La incompetencia, corrupción, negligencia, insensibilidad y omisión por parte de las autoridades de los tres órdenes de gobierno durante las últimas décadas, han convertido a la zona metropolitana de Guadalajara en una ciudad peligrosa cuando llueve, debido a las inundaciones que se registran sobre todo en avenidas que fueron ríos o arroyos en una ciudad privilegiada con lluvias, donde han caído 120 litros por metro cuadrado, pero que no ha sabido aprovechar la obtención y disposición del agua, cada vez escasa en el mundo y con grandes retos para cuidarla y hacer uso responsable de ella.
No importa cada año si en México, existe la presencia del fenómeno climático del Niño o la Niña: en Guadalajara llueve a cántaros históricamente (aunque simultáneamente en otro municipio de Jalisco, puedan morir animales o se pierdan cosechas por extrema sequía). Lejos de ser un problema la caída de tanta agua, los gobiernos en turno no han tenido la capacidad de crear políticas públicas que garanticen la infiltración, captación natural con arbolado o artificial con sistemas de almacenamiento y drenajes pluviales, así como uso sustentable del agua pluvial; por lo contrario, autoridades sepultaron cauces como El Arenal, hoy avenida La Paz, Atemajac, hoy avenida Patria, y Río San Juan de Dios, actualmente la Calzada Independencia por mencionar algunos. En aquel entonces la mejor opción era contar con un drenaje mixto, para aguas pluviales y negras. Actualmente, se requiere lo que se conoce como eco-ciudad, sustentable, sostenible, con infraestructura acorde a las necesidades de una ciudad donde llueve mucho e implementar programas para la recuperación integral del agua pluvial, además de instalar plantas de tratamiento para el consumo humano como cuando era normal tomar agua en bebederos públicos.
En zonas rurales, recurrir a los bordos para almacenar agua ante posibles rachas de sequías.
El crecimiento desordenado de la mancha urbana, sin una planeación a corto, mediano y largo plazo, han convertido a la bella Guadalajara que olía a tierra mojada, en una terrible plancha de concreto con casas que invaden cerros, bosques y lagos que son reguladores del calor y las lluvias. La irresponsabilidad de los tres órdenes de gobierno: Federal, al no hacer nada por evitar que personas vivan alrededor de ríos y arroyos que suelen desbordarse con las lluvias. Estatal, al no hacer valer las leyes del código urbano y sancionar a fraccionadores que construyan en ecosistemas protegidos. Los Municipios, al realizar cambios discrecionales de usos de suelo. Sin olvidar, que más que operativos de reacción por parte de los cuerpos de seguridad y emergencia anunciados cada año durante temporal, la urgencia es prevenir. Vigilar que la Procuraduría de Desarrollo Urbano y el Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes en Jalisco (CEPAJ) cumplan con su trabajo responsablemente.
Las víctimas de la incompetencia, corrupción, negligencia, insensibilidad y omisión de las autoridades, federales, estatales y municipales de Jalisco, serán nuestros hijos o los hijos de nuestros hijos, que recibirán una ciudad sedienta con graves problemas para obtener, tratar y consumir agua con calidad. Hace más falta la participación de la ciudadanía que salga a las calles a exigir a sus autoridades servicios de calidad. Basta de conformismo y apatía.
En caso que el próximo temporal usted o su familia, resulte con algún daño en su persona o patrimonio, demande legalmente al Gobierno del Estado o gobierno municipal, respaldado por la Ley de Responsabilidad Patrimonial, que le otorga el derecho a la indemnización a quienes, sin obligación jurídica de soportarlo, sufran daños en cualquiera de sus bienes o derechos como consecuencia de la actividad administrativa irregular de los Poderes del Estado.
Mejor aún, apueste a la prevención, ahora con el internet, siga a las cuentas de redes sociales de las unidades de protección civil, del Servicio Meteorológico Nacional que le dice hasta la hora probable de lluvia. Haga un plan en casa para casos de emergencia. Capte el agua de lluvia y utilícela para el aseo doméstico. Si no tiene nada que hacer en la calle mientras llueve, mejor ni salga. Durante lluvia conduzca con faros encendidos y estaciónese en un lugar seguro. En zonas serranas no rete a la naturaleza queriendo atravesar ríos crecientes por la lluvia. En costa no navegue durante tormenta. Cumpla con las recomendaciones de protección civil y guardia costera. Utilice el 911 para cualquier emergencia desde su celular. No se refugie bajo los árboles ante la posibilidad de ser alcanzado por un rayo —en Jalisco estos accidentes son cada vez más comunes–.
Como reportero del extinto periódico Público, fui testigo de la muerte de 35 personas en un temporal hace diez años. La mayoría ahogados en pasos a desnivel (incluida la tradicional alberca de cada año de los Arcos del Milenio) o arrastrados por la intensa corriente de aguas que alguna vez fueron arroyos (dicen que el agua reconoce su cauce). Así que si no sabe nadar, cargue su salvavidas. Por último, el próximo año de elecciones busque que los políticos le respondan cómo van a solucionar este problema de manera integral en su municipio o comunidad. Investigadores de la UdeG, tienen al menos 350 polígonos de riesgo de inundación, por lo que sería factible iniciar a subsanar las zonas más vulnerables. No paliativos, no simulaciones. Haga valer su derecho como patrón de los presidentes municipales y el próximo gobernador. Y si no le gusta cómo trabajan, despídalos o no los contrate. Esa es la democracia.