Venus se parece mucho a la Tierra en tamaño, masa, densidad, composición y gravedad. Se trata de un mundo volcánico, y se sospecha que sus volcanes podrían seguir escupiendo lava. No obstante, en la actualidad podría fundirse el plomo en su superficie y su atmósfera es noventa veces más densa que la terrestre. Pero ¿ha sido siempre así?
Ahora, un equipo de investigadores de la NASA y del Instituto de Ciencia Planetaria, en Arizona, ha llevado a cabo unas simulaciones climáticas basadas en los datos topográficos obtenidos por la sonda Magallanes, los de la irradiancia solar estimada entre hace 2.900 y 715 millones de años y los actuales parámetros orbitales venusinos. También han tenido en cuenta la cantidad de agua que se cree que hubo en nuestro mundo vecino.
En un estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters, estos científicos indican que, de este modo, han podido calcular que el segundo planeta pudo gozar de temperaturas moderadas con un periodo de rotación dieciséis días terrestres más lento, incluso aunque el flujo de radiación solar hubiera sido un 76 % mayor que el que recibe la Tierra. Con su actual periodo de rotación de 243 días, Venus quizá fue habitable hasta hace 715 millones de años, siempre que hubiera tenido mar. Este trabajo recalca la importancia de la rotación y la topografía en la evolución planetaria.
