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Siete cosas que te dicen que ya has madurado

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El difícil arte de crecer es una cuestión que, si bien no nos quita el sueño, sí nos crea cierto grado de ansiedad.

Y es que pasar a lo que los adultos llaman la madurez, no implica colgar tus Converse y ponerte un ajustado traje azul plomo.

Ni tampoco tiene que ver con renunciar a todas esas cosas que te llenan de ilusión, que te hacen la vida más fácil y por las que algunos te pueden considerar un poco inmaduro.

Por eso te dejamos 7 cosas que prueban que sí eres maduro:

1. Tener una tarjeta y? no tener deudas: Cualquiera te diría que conseguir tu plástico es un paso en tu madurez financiera. Nada más falso, la verdadera madurez no está en conseguirla, sino en usarla sabiamente y no permitir que las deudas te consuman.

2. Dejar de pensar sólo en ti: Es triste decirlo pero el mundo no gira a tu alrededor y nunca lo hará. Una verdadera prueba de que has cambiado es dejar de pensar sólo en ti y empezar entender los sentimientos de los demás y darles su lugar. Así que confía en lo que eres y comienza a explorar todo lo que el mundo te ofrece, sin reservas ni prejuicios y mucho menos sin miedos.

3. Comprometerte de verdad con alguien: Es cierto que la soledad nos da mucha libertad, pero iirremediablemente nos atrapa en el terreno del ?yo?. Abrir las puertas de nuestros diminutos e increíbles mundos a alguien es una prueba de que ya sabemos quiénes somos y que podemos confiar en alguien más pese a sus diferencias, complicaciones, etc. Al mismo tiempo, se vuelve en un motor para mejorar nuestra vida y, sobre todo, ser más feliz.

4. Pensar en el futuro: A todos nos espera un mejor mañana, pero hay que trabajar para que llegue. Así que olvídate del «hoy, hoy, hoy» y comienza a mirar qué hay más allá del ocaso de este día. Si ya lo tienes claro, aférrate a esa promesa y no la dejes ir. Sobre todo, aprovecha la época de ?vacas gordas? para crecer tu patrimonio y no sólo para acumular cosas.

5. Pequeños riesgos: Tomar riesgos no tiene nada qué ver con volar en parapente. Es sacudir tu estado de confort y desafiar lo que los demás te dicen: «para qué te esfuerzas», «¡Para qué ahorras!», «¿Invertir?, eso es para ricos», «¿Un negocio? ¡vas a quebrar!». Nada de eso, escoge los riesgos que deseas tomar y vívelos como la hazaña de tu vida.

6. Medita: Saber tomarse unos minutos o días para decidir algo es un claro ejemplo de que ya no eres más alguien caprichoso que se deja llevar por lo que le dicte el estómago. Es recurrir a la razón para decidir inteligentemente en la vida, el amor y el dinero.

7. Reconocer tus errores: Dejar de culpar a los demás y al entorno de lo que nos pasa es un signo más de que has madurado. Aunque estos factores intervienen sobre nuestras vidas, la mayoría de la cosas que nos pasan tienen que ver con lo que decidimos o dejamos de hacer cada día. Cosas como posponer tu ahorro, gastarte la quincena en un día, son pequeñas opciones que recaen en cada uno de nosotros y en nadie más.

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