Investigadores han encontrado evidencia de una variación genética en las poblaciones con una historia de una dieta basada en plantas. Al parecer se desarrolló durante cientos de generaciones, permitiendo que las poblaciones vegetarianas procesaran de manera más eficiente los ácidos grasos omega-3 y omega-6 ácidos convirtiéndolos en compuestos que ayudan en el desarrollo del cerebro.
El equipo de la Universidad de Cornell, encontró otra variación: en las poblaciones Inuit de Groenlandia, cuya dieta se basa principalmente en torno a los mariscos, no tenían los mimos bloques de construcción en su ADN a comparación de comunidades similares que eran en gran parte vegetarianas, lo que sugiere que durante varias generaciones, nuestros cuerpos se adaptan a los tipos de alimentos que comemos.
“Es posible que en la historia de la evolución humana, las personas tuvieran una dieta basada en plantas cuando emigraban a diferentes tierras, combinada con alimentos marinos, por motivos de adaptación «, explicó Kai Xiong Ye, un miembro del equipo.
El estudio publicado en el diario Molecular Biology and Evolution, explica que podría haber efectos secundarios no deseados: mientras que el alelo ayuda a los vegetarianos más rápidamente a metabolizar los ácidos grasos en el interior del cuerpo, también hay un gran riesgo de la creación de ácidos inflamatorios relacionados con la enfermedad cardíaca y el cáncer de colon, especialmente en combinación con aceites vegetales.
«Los cambios en la dieta de omega-6 y omega-3 podrían contribuir al aumento de las enfermedades crónicas en algunos países en vías de desarrollo” afirmó Tom Brenna, en The Telegraph.
Así que si eres vegetariano, de preferencia usa aceites vegetales que son bajos en ácidos grasos omega-6 y ácido linoleico como el aceite de oliva.
