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¿Puede el horóscopo determinar de qué te enfermarás?

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¿Crees en el Destino?

Pues una investigación de Nicholas Tatonetti, del departamento de Informática Biomédica de Columbia University, Estados Unidos, parecía destinada a ser malinterpretada.

Y cómo no.

Los resultados indican a qué tipo de enfermedades eres más propenso dependiendo del mes en el que naciste.
Es por eso que relacionarlo con el horóscopo se torna tentador, y así se reportó en algunos medios.

¿Tu signo zodiacal es escorpión? Entonces -explicaban esos medios- estás en riesgo de tener problemas respiratorios, estomacales, depresión e infecciones virales.

No obstante, Tatonetti asegura que «no fue intencional» que se asociara el estudio con el horóscopo, «pero sí pensé que quizás iba a hacer volar la imaginación de la gente».

Mayo y octubre
La pesquisa científica que terminó involucrada con los signos zodiacales se valió de los historiales médicos de 1,7 millones de personas que visitaron un hospital, el New York Presbyterian, entre 2004 y 2014.

Tatonetti y su equipo crearon un método computacional para investigar la relación entre el mes de nacimiento y el riesgo de enfermedad.

Encontraron algunos vínculos entre las fechas en las que la gente nace y el riesgo de sufrir de ciertas enfermedades durante la vida.

«Quienes nacieron al final del otoño y principios del invierno, tenían más posibilidades de sufrir infecciones respiratorias, de desarrollar TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad)», señala Tatonetti.

En su opinión, el hallazgo más significativo fue que «aquellos que nacieron al final del invierno y principios de la primavera, sufrían más comúnmente enfermedades como fibrilación auricular (la más frecuente de las arritmias cardíacas), arterioesclerosis coronaria, hipertensión e insuficiencia cardíaca».

Como dato general, el estudio indicó que la gente que nace en mayo tiene el menor riesgo de enfermedad, y los de octubre, el más alto.

El problema de la abundancia
Fue un estudio enorme: hicieron pruebas de casi 1.700 enfermedades distintas.

Pero un estudio tan grande siempre corre el riesgo de incurrir en lo que en estadística se conoce como «el problema de pruebas múltiples»: entre más enfermedades se consideren, más posibilidades hay de hallar un resultado positivo sólo por azar. Y puede ser un falso positivo.

«Debemos recordar que ese problema siempre está al acecho cuando tomamos un conjunto realmente mayúsculo de datos y hacemos muchas, muchas preguntas», advierte Patrick Wolf, director del Big Data Institute, de University College de Londres.

No obstante, Wolf señala que este estudio le pareció ejemplar.

«Creo que en este caso, los autores hicieron un buen trabajo y relataron muy bien cómo procedieron. Es bueno ver una de las primeras publicaciones sobre el valor de esas cantidades masivas de historiales médicos electrónicos en el que los autores han sido muy cuidadosos».

No es precisamente el mes
Tras asegurase de que habían tomado todas las precauciones, encontraron 55 correlaciones. Algunas eran nuevas, pero la mayoría ya habían sido establecidas en otros estudios.

Una de ellas es asma, en la que hallaron que el riesgo es mayor para bebés de julio y octubre.
Ya había un estudio danés que señalaba que eran los de mayo y agosto, cuando los niveles de luz del Sol en Dinamarca son similares a los de Nueva York.

Eso indica que no se trata tanto del mes en el que nacemos sino de las condiciones ambientales de ese momento. Lo que significa que puede ser muy diferente dependiendo de dónde estés.

El plan es replicar el estudio con información de varios lugares del mundo para ver cuáles son las variaciones de acuerdo a la ubicación, estación y factores ambientales.

Descubrir la causa de las disparidades por el mes de nacimiento, podría ayudar encontrar la manera de evitarlas.

Dieta y ejercicio
Si estás esperando un bebé, Tatonetti dice que no hay razón para preocuparse.
«La meta general de esta investigación es identificar los mecanismos para que podamos hacer recomendaciones a los pacientes respecto a su estilo de vida», explica.

«Sabemos por ejemplo que la vitamina D cambia a lo largo del año, así que si vives en un área con baja exposición a esa vitamina, podrías tomar un suplemento».

«Ese es el tipo de cosas que esperamos poder decir», añade.
«En este punto, el riesgo que encontramos no es tan grande como para preocuparse. En general, todo se puede superar con dieta y ejercicio».

De manera que el secreto de la buena salud probablemente no está en las estrellas… ¡por suerte!

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