Reducir al mínimo el consumo de sal todos los días genera grandes beneficios a la salud, entre ellos, la reducción del riesgo a desarrollar hipertensión arterial y por lo tanto accidentes cerebro-vasculares (como los derrames cerebrales) y enfermedades del corazón (como los infartos) hasta en un 60 y 40 por ciento, respectivamente.
“Deberíamos ingerir menos de dos gramos de sal al día, eso quiere decir que prácticamente no hay que añadírsela a los alimentos, porque ya la contienen cuando éstos se preparan”, indicó la experta en Medicina Familiar adscrita a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 91 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Panee Torres Rebollar.
Dijo que hay que tener especial cuidado con los productos enlatados, pues los conservadores utilizados durante su manufactura tienen altas cantidades de sodio, por lo que hay que disminuir su consumo. Destaca el caso de la salsa de tomate o cátsup, de uso tan común que no se consideraría nocivo, pero cuya composición incluye mucha sal.
No se debe consumir sodio en exceso porque “hay una serie de reacciones químicas que hacen que aumente la presión vascular. Si hay predisposición a la diabetes, la cual de por sí ya causa daño a nivel vascular, añadir sales al organismo puede causar graves problemas de salud”, continuó. Ejemplo de ello son las amputaciones de miembros por falta de circulación, los infartos agudos al miocardio y los derrames cerebrales.
Explicó que la sal se añadía hace varias décadas a los alimentos como estrategia de conservación, pero en la actualidad se cuenta con otras técnicas, incluyendo el refrigerado, de manera que ya no es necesario abusar de ella. A quienes les gusta comer “salado”, les recomendó reducir las cantidades paulatinamente y evitar frituras, papas fritas, embutidos, pastas preparadas, etc.
Finalmente, pidió a la población en general acudir permanentemente a realizarse chequeos PrevenIMSS para detectar aumento en la presión arterial y síntomas de problemas asociados al consumo de sal en exceso, como afecciones cardiacas y renales o retención de líquidos.
