Este miércoles el Parlamento Británico anunció que realizará una revisión a su plan de detener el Big Ben durante 4 años y con ello silenciarlo para su restauración, dicho plazo provocó molestias incluso a la primera ministra Theresa May y a un sector de la opinión pública.
«Cuando el Parlamento regrese (de vacaciones), y a la luz de las inquietudes expresadas por un número de diputados, la Comisión de la Cámara de los Comunes considerará la duración del periodo de silencio de las campanas», afirmó la cámara baja en un comunicado.
«Las campanadas del Big Ben son parte integral de la vida parlamentaria y nos aseguraremos de que pueden retomar su función de guardián del tiempo de la nación tan pronto como sea posible», añadió sobre una polémica con visos de crisis de identidad nacional y que se inició tan pronto como se anunció que guardaría silencio a partir del 21 de agosto hasta 2021.
La razón de silenciar el carrillón durante las obras es proteger del ruido ensordecedor a los trabajadores. En su regreso a las actividades, May criticó este miércoles ante la prensa la decisión y pidió que se analizara el caso. «Por supuesto que queremos garantizar la seguridad de la gente en el trabajo, pero no está bien que el Big Ben calle durante cuatro años», comentó.
En su comunicado la cámara baja descartó la idea de que las campanas suenen por las tardes y las noches, cuando no estén los obreros: «iniciar y detener el Big Ben es un proceso complejo y largo» que lleva «alrededor de medio día».
