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DESCUENTO A MAESTROS

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Por: Felipe Guerrero

Aurelio Nuño, Secretario de Educación Pública en el país dice que la reforma educativa va en serio y que, para ello, se tiene que cumplir con lo más elemental del sistema: Dar clases y estar capacitado para ello. Cuando los líderes sindicales, días antes del paro laboral efectuado el lunes pasado, lo anunciaron, el funcionario advirtió que no sólo habría descuentos, sino que no se sentaría a negociar en esas condiciones de presión y chantaje.

Hasta ahora, se tiene que reconocer que el titular de la SEP ha cumplido y que al menos no se sentó con ellos y ayer reiteró, con cifras en mano, que no se les pagaría a 85 mil 296 maestros faltistas de diversos estados del país, sobre todo a los de Oaxaca, cuna de la CNTE, donde 53 mil 978 docentes se fueron al paro.

Por supuesto, ahora falta conocer si el día de hoy, o ayer, cumplida la quincena, se dieron los descuentos y cuál será la reacción de los líderes magisteriales. Y es interesante saberlo porque, de ser así, sería la primera vez en la historia de los paros y faltas laborales que se aplicaría la ley; sería, por decirlo de algún modo, una verdadera señal de que la SEP y su titular están realmente dispuestos a ir a fondo en la modificación de una conducta que afecta directamente la educación de los niños.

Naturalmente, los maestros alegan que la reforma educativa fue diseñada para atentar laboralmente en su contra, pero no se necesita «reforma» alguna para entender que cualquier acto que afecte y utilice el interés de los niños para presionar a la autoridad, pisa los terrenos de la ilegalidad, porque a quienes se les paga para enseñar a los niños se convierten, al mismo tiempo, en promotores directos de un acto inconstitucional al abandonar su tarea central y, con ello, conculcar el derecho al saber que tienen los menores.

Por eso, si el nuevo titular de la SEP está dispuesto a aplicar la ley y no sólo descontar el sueldo a los faltistas, sino a despedir a quien juegue con los derechos constitucionales de los niños, entonces habría al menos una luz de esperanza en la tarea de reformar a fondo el sistema educativo en términos de infraestructura física y tecnológica, metodologías, contenidos y una nueva pedagogía que alimente de manera revolucionaria el proceso de enseñanza- aprendizaje. Disculpen el cierre: Eso estaría verdaderamente chingón.

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