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DESAZOLVE #DESEQUILIBRIOyGRITOS

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Por: Salvador Cosío Gaona

El intento de provocarle respaldo social a la figura presidencial fracasó y la marcha convocada para denostar a Donald Trump y procurar apoyo a Peña Nieto se convirtió en marcha de repudio al muy polémico mandatario del vecino país del norte, pero también en un medio de manifestar contundentemente la desaprobación a la actuación presidencial. Y es que se debe señalar que la convocatoria emitida por quienes organizaron la marcha que llevaba como nombre y exhortación ‘Vibra México’ generó confusión, ya que aunque los promotores alegaban como motivo de ella la expresión contundente del rechazo al cúmulo de amenazas proferidas por el lenguaraz magnate hacia México y los mexicanos, además de la exhortación a consolidar unidad social para enfrentarlo, el cartel alusivo carecía de esa justificación y decía: “Marcha ciudadana por el respeto a México para defender los derechos de todos y todas, exigir el buen gobierno que merecemos y celebrar el orgullo de ser mexican@” no mencionándose expresamente al tal Trump ni a Los Estados Unidos de América, ni específicamente los amagos y amenazas.

En la convocatoria no existían elementos claros que provocaren indignación popular y un sentimiento nacionalista definido y alejado de expresiones de ataque o defensa gubernamental, pero empezaron a generarse divisiones al surgir búsqueda de objetivos colaterales y ante la latente posibilidad en cuanto a que se convirtiera en una megamarcha antitrump tornada a la vez una magna manifestación anti Peña Nieto, al seno del equipo presidencial se planteó la necesidad de atajarla, sea propiciando no creciere en demasía o incluso buscar descalificarla boicoteándola. Y fue en ese lapso cuando surgió la convocatoria a una segunda marcha a efectuarse con base en los mismos lugares y horarios y fue manejada bajo el lema ‘Mexicanos Unidos’ y un señalamiento que explícitamente pretendía dejar claro que el destinatario era el patán y palurdo Donald Trump, pero se cometió el grave error de expresar abiertamente que no se permitiría en la marcha efectuar reclamos ni manifestarse en relación a los problemas internos del pais además que se dijo debería ser una muestra de institucionalidad para respaldar al Gobierno y obviamente, al Presidente.

El resultado fue que en la marcha efectuada en la Ciudad de México y en importantes ciudades del país, se generó una evidente mayor participación de los que protestaban contra Trump y al mismo tiempo reclamando las pifias gubernamentales y denostando a Peña, que los que protestaban contra el tal Trump respaldando al Presidente pero exigiendo acciones firmes y con muy escasa participación de manifestantes que se limitaren solo a denostar o rechazar a Trump y sus acciones contra México y los mexicanos.

Lo único que podría serle consuelo a Peña es que a Trump lo denostan mayoritariamente en su país y es repudiado en muchos países y a él solo en México por más que en el orbe ya simplemente lo vean con pena, quedando muy lejos aquello del reconocimiento por su labor, al grado de haberlo considerado en algún momento un líder ejemplo mundial, siendo ahora un lastre para su partido el Revolucionario Institucional (PRI) y existiendo ya movimientos al seno de ese instituto político en el sentido de propiciar la separación total con el Presidente, pues su descrédito y deshonra arrastran negativamente al PRI hacia la abismal debacle.

Lo que resulta más que claro y contundente es que para recuperar la confianza en la política, deben primero abatirse corrupción e impunidad y sacar adelante al país del marasmo en que lo tiene la crisis que además de socioeconómica y en materia de seguridad, es una crisis de confianza y credibilidad en las instituciones, acendrada por un desánimo generalizado, generado por las acciones contra México y los mexicanos a cargo del patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la política y ahora facistoide dictador, llamado Donald Trump, ese que para desgracia del mundo, es el Presidente de Los Estados Unidos de América.

Tras las marchas, múltiples profusas manifestaciones y comentarios en columnas, editoriales y desplegados en medios de comunicación impresa, así cómo señalamientos expresados a través de medios electrónicos en relación a los incrementos a los combustibles, la inflación, la atonía económica, decrecimiento de empleo, depreciación de la moneda, incremento de violencia, índice criminal, corrupción e impunidad, además de la crítica a la reacción tibia de autoridades federales ante los arteros ataques provocados por el tal Trump, lo cierto es que todo sigue igual o incluso peor y no se advierte cómo pronto las cosas puedan mejorar ni se vislumbran acciones adecuadas por parte del gobierno federal que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto.

La violencia no cesa, la economía no mejora y no basta con culpar de casi todos los males derivados de la crisis económica al tal Trump, ya que además que muchas cosas problemáticas sin resolver no tienen nada que ver con actitud o acciones del gobierno vecino, en lo que sí también es culpa de nuestra autoridad federal, pues sí sabían de la enorme dependencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), los problemas que inevitablemente llegarían en cuanto a las remesas y los asuntos migratorios, debieron tomar un conjunto de medidas al respecto desde hace varios meses.

Tuvimos que haber vuelto la mirada a Centroamérica, a los países que tenemos muy abandonados como también se ha abandonado la parte del continente sur. Hace mucho que no se aprovechan las alianzas estratégicas provenientes de convenios internacionales y como un ejemplo fundamental está el que dejamos caer la relación con Cuba de quien históricamente hemos sido socios de gran importancia común.

Y para que la nación salga de problemas no bastan los llamados a la unidad y el discurso pro nacionalista. Lo que se requiere son una serie de acciones que nos permitan avanzar y urgen medidas muy serias para recuperar la confianza hacia las instituciones, para que el país vuelva a ser apetecible para atraer inversiones y así ser más competitivos para generar empleo y abatir pobreza.

Pero hace falta trabajar mucho para acendrar valores y principios que vuelvan a hacer a la sociedad más exigente pero a la vez más corresponsable y sobre todo resulta necesario avanzar en la calidad del servicio público, mejorando desempeño, abatiendo enorme pérdida por ineficacia y reduciendo el gran costo de la corrupción.

Y volviendo al análisis sobre los dichos y actos exacerbados del tal Trump, ahora sí es mucho más factible pensar en que debe revisarse con extrema urgencia el estado de salud emocional y mental del patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la política y ahora ya también odiado dictador fascistoide llamado Donald Trump, quien para desgracia de México y del mundo es desde el pasado 20 de enero de 2017 el Presidente de Los Estados Unidos de América, ello a pesar que no obtuvo la voluntad mayoritaria del pueblo del vecino país del norte, ya que como es sabido, como candidato del Partido Republicano obtuvo casi dos millones de votos populares menos que los ganados por quien fuere su competidora en la lucha electoral, que fue la Candidata del Partido Demócrata la Señora Hillary Rodham-Clinton. Pero acorde al peculiar sistema comicial norteamericano, se le adjudicaron más votos en el Colegio Electoral y así fue que le otorgaron el triunfo derivado de la elección del 8 de noviembre de 2016.

Si ya a través de discursos y algunas entrevistas o incluso en declaraciones a través de su cuenta de Twitter había estado haciendo señalamientos vituperando a los medios de comunicación social, achacándoles actitudes e incluso acciones en su contra, ya en forma por demás frontal los espetó y les dijo que son falaces e indignos de toda credibilidad.

Como si estuviéramos oyendo aquella cancioncita que dice en sus estribillos ‘nadie me quiere, todos me odian’ , el tal Trump realizó una aparición personal ante los corresponsales de los medios de comunicación que cubren la fuente de La Casa Blanca en Washington, D.C., y sin haber estado programada se presentó a hacer diversos comentarios a efecto de establecer con claridad su posición en relación a la forma en que según él, ha sido inapropiada e incluso ilícita o inmortal la forma como se han difundido actos y expresiones o mensajes de él en su papel de mandatario.

Según Trump, los medios de comunicación: 1.Le odian. 2.Hablan mal de él. 3.Falsean los hechos. 4.Le implican en sucias tramas con Rusia. 5.Filtran mentiras y las presentan como grandes revelaciones. 6.Él es una víctima. 7. Es un Presidente decidido a sacar adelante el desastre que heredó, pero que se enfrenta a diario a una prensa mal agradecida y prejuiciada. 8.La mayoría de los medios están fuera de control y son falaces cuando hablan de él.

En lo que fue además de sin estar agendada, la primera comparecencia personal como Jefe de Estado, en la que al iniciar dijo tenía como fin defender los logros de su mandato, advirtió que su propósito era dejar en claro todo aquello que a su juicio ha hecho bien y que según èl no se ha publicitado lo suficiente o se ha difundido perversamente.

Tras iniciar con la frase: «Heredé un desastre”, Trump enumeró sus presuntos éxitos en materia económica y se jactó de estar logrando exitosas negociaciones internacionales, mas su alocución derivó drásticamente hacia el arremeter contra los medios, esos a los que su jefe de estrategia Steve Bannon ha definido como “principal partido de oposición”.

Trump acusó a la prensa de inventar los problemas de sus polémicas relaciones con el gobierno de Rusia y rechazó todas las acusaciones que desde el inicio del mandato han sido lanzadas por los medios y sentenció: “No tengo nada que ver con Rusia”, a lo cual intentó defender al defenestrado Consejero de seguridad nacional Michael Flynn, de quien aseguró que su error no fue la famosa y embarazosa conversación con el Embajador ruso, sino que el problema consistió en habérsela ocultado al Vicepresidente Mike Pence.

Para Trump: The Wall Street Journal, The New York Times, The Washington Post, CNN y hasta la BBC de Londres, lo han estado atacando fuerte y alevosamente y los acusó de haber estado difundiendo informaciones referentes a él a pesar de saber que son falsas y buscó desmentir una por una ‘sus mentiras’ acusándoles además de omitir su versión y afirmó: “Muchos de los reporteros de nuestra nación ya no cuentan la verdad, muchos de los medios no hablan para la gente, sino en favor de intereses ajenos” al tiempo que acusó a los medios de dejarse manipular por sus enemigos políticos.

En tanto señalaba que hay un complot para desestabilizar su naciente gobierno, Trump no dudó en reprocharle a la cara a los periodistas presentes su supuesta actitud tendenciosa y les grito : “El público ya no les cree nada de lo que publican» y señaló directamente al corresponsal de la cadena CNN de nombre Jim Acosta. La rueda de prensa concluyó tras que sin admitir preguntas abandonó la sala de prensa gritándoles que eran un ejemplo claro de deshonestidad y se volvió a autollamar víctima de sus enemigos y señaló como parte de ellos a los periodistas.

Será fuerte la reacción y seguramente el conflicto le mellará más a Trump que a los medios y para la sociedad será un motivo más de repudio y ahora aun de insistir en que debe ser revisado en cuanto a su salud mental. El equilibrio y sano goce de sus facultades mentales en relación a quién puede provocar una guerra mundial debe ser una preocupación de todos.

@salvadorcosio1
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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2