Inicio COLUMNAS Desazolve #CRISISyREBELION

Desazolve #CRISISyREBELION

369
0

Por: Salvador Cosío Gaona

La situación actual socioeconómica y sociopolítica del país ha calentado los ánimos entre la sociedad en general, puesto que estos últimos tres años de gobierno de Enrique Peña, no sólo se le ha vinculado con asuntos de corrupción, impunidad e ineficacia, sino que, en esta ocasión, el aumento en los precios de las gasolinas, diésel, energía eléctrica y gas, además de haber provocado una creciente espiral inflacionaria, podría derivar en una posible rebelión social.

La falsa promesa de que, tras la reforma energética se lograría la disminución de costos de los combustibles, además de generar crecimiento económico, acrecientan el descontento hacía la figura presidencial y sus colaboradores más cercanos. Sin embargo, la desatinada actuación del gobierno en turno, no ha reconocido el terrible impacto a la economía familiar, debido a que, no es el alza únicamente a los combustibles, sino que, repercute en los precios de la canasta básica y, por ende, en la calidad de vida de los mexicanos.

Sumándole a esta situación, los próximos incrementos esperados para el día 4 de febrero en el precio de la gasolina y la liberación de los precios, lo cual se traduce en otro revés hacia el ingreso familiar, por consiguiente, en mayor disgusto social y aumento en las manifestaciones y actos de resistencia civil, lo cual pone en riesgo la estabilidad del país.

En este contexto, lo más adecuado sería una respuesta positiva por parte de las autoridades, que contemplen en su toma de decisiones estrechar lazos con otras naciones, a fin de impulsar el desarrollo socioeconómico y sociopolítico del país, amainando de esta manera las exigencias sociales.

El tema que enciende más el rechazo popular que se ha venido decantando en ya muchas manifestaciones y marchas recurrentes y cada vez más numerosas ocurridas y que seguirán en diversas ciudades del país con la petición de renuncia del Mandatario vilipendiado, es el contraste entre las promesas y jactancia en cuanto a que por la utilidad y eficiencia de las reformas estructurales especialmente la energética, la financiera así como las reformas fiscales, a partir del año pasado no solo no habría incrementos en precios de combustibles y energéticos para uso industrial, doméstico y la generación de servicios, sino que habrían de abaratarse además de procrearse crecimiento económico con la consecuente generación de más plazas laborales y el mayor nivel remunerativo de las existentes, con el aliciente de amainar la inflación, cosas que evidentemente no se han cumplido y al contrario se ha agravado sobremanera la situación, que es bastante crítica.

Ha dicho el Presidente Peña Nieto que la medida dictada que tuvo por objeto el incremento en los precios al público de los energéticos era absolutamente necesaria e impostergable, ya que según sus argumentos: ‘o dejaban de subsidiar las gasolinas’ (lo que según las cuentas que hacen Peña, Meade y grupo, es un monto de erogación del erario de 200 mil millones de pesos anuales) o habría severo recorte presupuestal en esa cantidad afectando a los programas sociales, a lo que cabe hacer algunas preguntas:

¿Y el ahorro de 190 mil millones de pesos que el propio Peña afirmó se logró en 2016 al reducir gasto?
¿Y la diferencia a favor del presupuesto de al menos 550 mil millones de pesos al estar calculado el ingreso en 22 dólares por barril (se elaboró y aprobó estando a ese precio el costo por barril) y ahora estar a más de 44 dólares por barril? y el ahorro qué se comprometió a realizar este año en gasto corriente de aproximadamente 200 mil millones de pesos?
¿Y el ingreso de casi 250 mil millones de pesos que el gobierno obtendrá este año ‘por dejar de subsidiar las gasolinas y el diésel’?… eso es alrededor de un millón ciento noventa mil millones de pesos.
¿Qué se hizo con el ahorro de 190 mil millones ? ¿En qué se va a gastar un millón de millones de pesos este año?

¡Claro que sería menor el impacto a la economía popular si en vez de gastar ese dinero extra en asuntos superfluos y no prioritarios, se invierte en proyectos y programas para el desarrollo integral y cohesión social! Así además de amainar el fiero impacto del artero aumento en el precio de los combustibles, que genera obvia inflación general, se inyectaría dinero dinamizándose la economía.

Pero el problema es que no aceptan que deben dejar de saquear a Pemex y dejar de derrochar el erario, no aceptan que es absurdo ‘que exista menos petróleo’, porque entonces no se estaría ofertando a las empresas privadas internacionales su explotación, no aceptan que el precio en México es más alto que en la mayoría de los países en razón del impuesto especial (IEPS) que solo en México existe y no aceptan que con los más de un millón de millones que se señala se pudo haber seguido ‘subsidiando’ o mejor dicho, eliminando el artero IEPS, y ese recurso repartible a las administraciones locales, se supliría ampliamente con ese más de un millón de millones de pesos señalado.

Y lo que debe pasar en sentido positivo es que las autoridades reaccionen y tomen decisiones importantes y urgentes, como el que además de exigir que se canalice a programas para el desarrollo e integración social y cohesión comunitaria el ahorro presupuestal que se dice habrá este año por rebajar el gasto superfluo y el dinero extra que se recibirá por el gobierno federal al incrementarse el precio del barril de petróleo crudo, que pasó de estar en 22.5 dólares al momento de confeccionar y aprobarse el presupuesto federal a tener un precio actual de más de 45 dólares por cada barril. También sería importante que
para el impulso del mercado interno, el gobierno federal desgrave fiscalmente las prestaciones sociales al 100% y se determine un incremento al salario mínimo, además de las acciones de contención al aumento de precios. Una buena señal para la estabilización de los precios e impulso a la actividad económica, sería eliminar el IEPS al 100% en relación al diésel que es un Insumo fundamental en la actividad de la industria agropecuaria y fabril, además que debería impulsarse el uso de otras fuentes energéticas para uso industrial y la movilidad, promoviendo incentivos fiscales.

El gobierno federal podría considerar el impulso a las relaciones comerciales y mercantiles entre México y China, fortaleciendo la inversión en territorio mexicano, lo cual supondría una excelente medida ante una posible salida o renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), como lo ha mencionado en varias ocasiones el xenófobo sicofante de la política y presidente electo de los Estados Unidos de América (EUA) Donald Trump. Y es que, resulta verdaderamente preponderante establecer relaciones comerciales que coadyuven al país a salir de la situación emergente en que se encuentra, considerando el peligro real que simboliza el triunfo del candidato Republicano hacia la economía de México y el resto del mundo.

Ante la inminente necesidad de esbozar nuevas estrategias que fortalezcan la economía nacional, cada vez estamos más convencidos de que una alianza con los chinos es lo más idóneo para México, para el comercio internacional, para la inversión extranjera directa, así como para el futuro de la economía mexicana y de todo el mundo.

Cabe señalar que, en el entorno regional, China también tiene gran presencia y es que los préstamos chinos destinados a América Latina se han convertido en la fuente más importante de financiamiento externa para Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela, superando a instituciones financieras internacionales de mucho arraigo en la región. Desde 2010 a la fecha, los préstamos chinos han alcanzado los 94 mil millones de dólares (estadounidenses), frente a los 156,000 millones de dólares aportados por el Banco Mundial (BM), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Según el estudio «China y América Latina: Hacia una asociación por el desarrollo», por lo tanto, la opción de estrechar vínculos financieros supone una gran oportunidad que debe reflexionar el gobierno en turno para poner fin a esta ola de descontento y violencia social que se ha estado formando, además de que, puede servir para resolver cuestiones relacionadas con intereses económicos bilaterales y mejorar la cooperación internacional.

En 2014, China y México firmaron un total de 14 acuerdos bilaterales por un valor que alcanzó los 7,400 millones de dólares. Los acuerdos incluían la creación de un fondo binacional de 2,400 millones de dólares para su uso por parte de compañías de ambos países para invertir en energía, minería, industria manufacturera de alta tecnología y turismo, así como en exportaciones agrícolas hacia China e investigación científica conjunta. Crearon el Fondo de Energía Sino-Mex entre la petrolera estatal mexicana Petróleos Mexicanos (Pemex) y tres compañías estatales chinas para invertir en proyectos de obras de infraestructuras energéticas, exploración y producción de petróleo y gas natural.

Los Estados Unidos de América se hicieron a un lado en cuanto al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y China está diciendo “los puedo ayudar”. La principal conclusión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) fue que China se convirtió en un tema de geopolítica en este momento, en donde el presidente electo de Estados Unidos, decidió cancelar su participación en el TPP. De momento, existe la posibilidad para México de mirar a los inversionistas chinos, lo que sería una buena oportunidad para no estar atados de manos a las decisiones en Estados Unidos.

El incentivo para China es que México cuenta con la posición geográfica y logística para ser ofrecida como un elemento fundamental en el comercio de bienes y servicios, es decir, la puerta al continente entero, de ser visto así, no solamente China, sino otros países pueden percibir el país como un centro de inversiones, donde, incluso, existan asociaciones con las industrias mexicanas.

Debemos aprovechar el vínculo que existe ya entre México y China mediante el TPP, además de tomar la etapa coyuntural que se vive también entre China y Estados Unidos en beneficio para México, utilizando como estrategia a nuestro favor el hecho de que ya advirtió China que, si el gobierno del próximo presidente de la Unión Americana Donald Trump, sigue desafiando al gigante asiático, en especial respecto del Mar de la China Meridional, tanto Beijing como Washington «deberían pensar en prepararse para un enfrentamiento militar».

La relación entre estos dos países se ha visto quebrantada a consecuencia por un lado, debido a las declaraciones de Rex Tillerson en referencia a la cuestión del Mar de China Meridional y por otro, debido a que el próximo inquilino de la Casa Blanca criticó varias veces al gobierno chino desde su elección como presidente de Estados Unidos en noviembre, y acabó con una política de cuatro décadas al conversar por teléfono con la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, a sabiendas de que China prohíbe cualquier contacto oficial entre sus socios extranjeros y los dirigentes de esta isla, cuya soberanía reclama.

El patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la política llamado Donald Trump, ha echado más leña a la hoguera al mencionar un posible acercamiento entre Estados Unidos y Taiwán, a pesar que el gobierno de Beijing nunca renunció a la posibilidad de recurrir a la fuerza para restablecer su soberanía sobre la isla, separada políticamente del resto de China desde 1949, tras la victoria de los comunistas en la guerra civil. En ese sentido, los ejercicios realizados por el «Liaoning», un portaaviones que Beijing compró a Rusia, no pasan desapercibido, máxime cuando es la primera vez que se dirige al Pacífico desde su entrada en servicio en 2012, no obstante, Beijing afirmó son ejercicios rutinarios, previstos desde hace tiempo.

En el lenguaje político ese tipo de escenarios revelan que se trata de una estrategia para mostrar el poder de China frente a los Estados Unidos, ya que, además de la marina, China también moderniza su ejército del aire, pues se ha difundido información de que el país acababa de probar un nuevo prototipo de avión de combate furtivo, una versión mejorada del FC-31 Gyrfalcon, antaño conocido como J-31.

Y a pesar de que China no significa amenaza para Washington, que cuenta con más de una decena de portaaviones en servicio y una red de bases navales repartidas en todo el mundo, al menos le recuerda a Estados Unidos que China tiene una herramienta de presión en la región.

Mientras tanto, nos encontramos ante una situación coyuntural que puede determinar no sólo el rumbo económico mundial, sino que puede ser la pieza cardinal para sobresalir a la amenaza económica que vive México por parte del próximo gobierno del vecino país del norte y a la vez, puede contribuir a solventar el impacto a la economía nacional producida por el alza en los energéticos.

Urge que Peña y su grupo más cercano de asesores y colaboradores se decidan a emprender acciones para frenar el caos que puede llegar y ser la versión mexicana de la famosa ‘primavera arabe’.

Ojalá lo hagan y sea muy pronto, antes que resulte demasiado tarde.

@salvadorcosio1
[email protected]

Comments

comments

Artículo anteriorDeclaración conjunta sobre Siria
Artículo siguienteEl FBI detiene a la mujer del autor de la matanza en la discoteca de Orlando
Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2