Una corte federal de apelaciones rechazó el miércoles la solicitud de Tom Brady para tener una nueva audiencia sobre su suspensión por el caso conocido como «Deflategate».
Brady solicitó a la Corte del Segundo Circuito de Apelaciones que atendiera el caso. En abril, un grupo de tres jueces decidió que el comisionado de la NFL Roger Goodell cumplió con sus funciones cuando suspendió al quarterback de los New England Patriots por cuatro partidos por su participación en una confabulación para alterar balones para un partido de los playoffs el 18 de enero de 2015.
La decisión confirma los amplios poderes que otorga al comisionado el convenio laboral de la NFL, y fue un golpe para los grupos sindicales que solicitan un debido proceso legal en materias de disciplina de empleados.
La última esperanza de Brady es apelar ante la Corte Suprema estadounidense, y para ello tiene 90 días, según Ian Rapoport de NFL Media.
Si Brady solicita a la Corte Suprema, su equipo legal podría pedir al primer Tribunal del Segundo Circuito para una estancia de su decisión. Si el Segundo Circuito no otorga una instancia, los abogados del jugador podrían solicitar una permanencia del Tribunal Supremo, el cual sería decido por el juez Ruth Bader Ginsberg. Si Ginsberg concede una permanencia o el tribunal decide escuchar el caso, sería casi seguro que Brady sería elegible para jugar toda la temporada 2016 debido al calendario de la Suprema Corte. Brady se vería obligado a cumplir su suspensión si el Tribunal Supremo decidiera no escuchar la apelación.
