En ocasiones, cuando se protagoniza un debate, no es tan importante lo que dices, sino lo que callas. Partiendo de esta premisa, la web SoyEntrepreneur.com nos ofrece la denominada «fórmula para salirse siempre con la tuya». Sí, puede sonar pueril, pero te sacará de más de un apuro.
El primer paso sería aceptar que, de lo que estás debatiendo, no es algo personal, sino profesional. Es decir, antes de adentrarte en una discusión o pleito, procura pensar con la cabeza fría, de otro modo la pasión se apoderará de ti y es posible que vayas mucho más lejos de lo que debes. Además, cuando se tiene una acalorada discusión, es mejor abandonar cualquier tecnología actual y llamar por teléfono: podrás aclararte mejor, evitar malentendidos y conectar personalmente con la otra persona.
Ten humor, es más necesario de lo que piensas. Si nutres este aspecto de tu personalidad verás que todo te afecta de una forma distinta. Conoce tus límites y aprender a saber hasta dónde meterte, ya que en la mayoría de los debates se va más lejos de lo que se debería por no saber tomárselo con humor.
Asimismo, no tienes por qué tener la última palabra, si ésta no merece realmente la pena. Procura asegurarte de que tu último juicio es razonable y que tiene consistencia, ya que de otro modo sólo recordarán tus últimas palabras -y cabe la posibilidad de que no sean las mejores-.
Por otro lado, si vas a contestar a tu interlocutor, recuerda que “menos es más”, por lo que extenderte de forma innecesaria en tu argumento sólo hará hacerle perder fuerza. Sé claro y conciso, lo agradecerán y no perderán atención en lo que dices.
Por último, mide lo que dices y considera que hay cosas que son mejores no decirlas, porque de hacerlo, no te traerán nada bueno. Sólo te volverán más frágil y temperamental. Y sí, la primera persona en hablar por lo general tiende a perder la discusión, por lo que disfrutar y saber administrar los silencios será tu punto clave.
