Por: Jaime Castillo Copado
Pobres Nayaritas
La detención del fiscal de Nayarit, Edgar Veytia, a quien el gobernador le dio su regalo de Navidad anticipado al convertirlo -todavía siendo funcionario- en notario público, le dio un vertiginoso giro a la ruleta nayarita llamada Elección 2017.
Luego de la callada detención en la Unión Americana del otrora hombre más poderoso (porque aunque muchos finjan sorpresa desde hace muchos años el tema ya sonaba como ola reventando en el mar), en la región sureña del estado de Nayarit colindante con la ciudad de Puerto Vallarta, en la costa norte de Jalisco, se respira un silencio muy sospechosista.
Y la verdad es que no hay quién se atreva a realizar un pronóstico de quién será el ganador en junio próximo, porque no se sabe a ciencia cierta de dónde vino la pelota que reventó los cristales de la caja de pandora. Ni tampoco se sabe si ahí quedará la cosa o si habrá gobernador que resista una embestida política que parece haber venido desde lo más encumbrado del Sistema Político Mexicano, sea lo que sea, que quien sea, quiera entender por eso.
Testimonios del oscuro pasado del funcionario de marras sobran, lo que hace falta es saber la larga lista de porqué se derivó con su captura, comenzando por el hecho de porqué tardaron tanto en agarrarlo.
Ya de ahí en más la clase política de Nayarit parece fingir demencia, respirar profundo y hacer como que en ese estado no ha pasado nada y en lugar de volverse locos, se están tragando el nerviosismo para sus adentros y hacen como que la contienda política es la más habitual de las campañas.
El punto es que si hubiera algo de buena voluntad y no mera ambición política por todos los contendientes en esa elección, ya desde cuando habrían formado un verdadero frente común por los nayaritas, una cruzada que le diera certeza a los ciudadanos de a pie, que primero sufrieron los embates a su seguridad por parte del crimen organizado en la era pre Veytia, para tener que guardar un temeroso silencio durante su reinado.
Afortunadamente la campaña apenas comienza y todavía hay tiempo para que por estrategia o ya tan siquiera por vergüenza, los partidos políticos, sus candidatos y su militancia demuestren amor por su estado, contrario al cobre que ya están enseñando. Pobres nayaritas, en primer lugar porque tienes un gobierno así, encabezado por un gobernador así, que les puso un fiscal así, con políticos que sólo saben ambicionar así… como lo están demostrando.
