Pan de dulce. Cada vez que comes carbohidratos refinados, tus niveles de insulina aumentan desencadenando una respuesta inmune; es decir, las células de tu cuerpo se inflaman.
Cerveza. Regularmente un vaso de ésta posee diversos beneficios para la salud, sin embargo, su consumo excesivo puede aumentar la respuesta inflamatoria del cuerpo; los órganos más afectados son el estómago, laringe e hígado.
Productos lácteos. La leche y sus derivados contienen lactosa, un azúcar natural que el intestino tiene dificultades para absorber, y ocasiona en las personas intolerantes a ella un efecto de inflamación abdominal e incluso diarrea
Maíz. Aproximadamente, 88% de este alimento es modificado genéticamente. El maíz transgénico, en particular, está relacionada con la inflamación del estómago.
Aceite vegetal. Muchos de ellos son ricos en grasas omega-6, y aunque no son malas en sí mismas, cuando tu cuerpo se encuentra en desequilibrio, pueden dar lugar a la inflamación.
Carne roja. Al comerla se produce una sustancia química llamada Neu5Gc, a la que el cuerpo reacciona con una respuesta inmune: inflamación.
Trigo, centeno, cebada. Todos estos granos contienen un alérgeno en común, el gluten. Cuando un éste penetra en el cuerpo, el resultado es una respuesta inmune inflamatoria inmediata.
Cacahuates. Estos están llenos de proteínas necesarias para la construcción de músculos. Son ricos en ácidos grasos omega 3 y fibra, esta última causante de la inflamación abdominal producida después de su ingesta.
Alimentos altos en grasa trans. Muchos de estos contienen aceites hidrogenados que crean las lipoproteínas de baja densidad LDL, misma que produce inflamación.
